Artemisa es la Diosa patrona de la naturaleza, del bosque y de la luna. Ella simboliza arquetípicamente a la energía femenina que gobierna al universo, estando imbuida de una poderosa magia salvaje que da vida a la naturaleza. Su influencia se extiende más allá de los límites del bosque, tocando todos los rincones del mundo natural. Como protectora de las criaturas salvajes, Artemisa representa la conexión profunda entre los seres humanos y el entorno, recordándonos la importancia de vivir en armonía con la tierra. Su presencia evoca una fuerza ancestral y primitiva capaz de inspirar respeto y reverencia por la vida en todas sus formas. Además, como Diosa de la caza, encarna la dualidad de la naturaleza, donde la vida y la muerte están entrelazadas en un ciclo eterno de regeneración. Su figura, envuelta en la luz plateada de la luna, nos invita a descubrir la sabiduría oculta en los rincones más oscuros del mundo y de nuestro propio ser.
En la presente publicación veremos el significado de la Diosa Artemisa de acuerdo a las enseñanzas del ocultismo y del mundo grecorromano, y también, su rol en una de las barajas de adivinación y consejo más bonitas que se puede encontrar: el "Oráculo de las Diosas" de Doreen Virtue.
- Sobre la Diosa Artemisa: conociendo su significado esotérico y espiritual
En la antigua religión grecorromana, Artemisa se destaca como una poderosa figura de independencia y valor, siendo una Deidad que nos enseña a rechazar las convenciones sociales y el bullicio del mundo, en favor de la libertad, de la autonomía, y por sobre todo; del amor por la naturaleza indómita.
Su influencia y energía se extienden a lo largo de la tierra, nutriendo los bosques y vivificando a sus habitantes; sean hombres, animales o plantas.
Artemisa personifica tanto la muerte como la vida, siendo la interconexión pulsante que asegura el equilibrio universal. Como protectora, Ella vela por los seres más vulnerables del bosque, otorgando su cuidado y protección a quienes la necesitan o invoquen. Como cazadora, Artemisa regula las poblaciones de animales y mantiene el equilibrio ecológico. Esta dualidad de funciones refuerza su posición como una Diosa integral que comprende y maneja las complejidades de la vida y la muerte.
Artemisa es la gran Madre de nuestra naturaleza, es la energía que se esconde en los confines de los bosques, ríos y montañas, es la esencia que le da vida y sostén a nuestro planeta y a cada elemento vivo o inorgánico que existe.
Además de su papel como cazadora y guardiana, se narra que Artemisa es una figura pura, casta y virginal cuyas fuerzas, en fechas específicas, marcan el inicio de la temporada de cosechas y siembras. Esta faceta la ha relacionado con la constelación de Virgo, la virgen del pan y el trigo que representa la fertilidad y la abundancia en la tierra. Artemisa, así, no solo encarna la fuerza indómita y salvaje de la naturaleza, sino que también su ciclo de renovación y vida. De hecho, el nombre "Artemisa" proviene del griego antiguo "Ἄρτεμις" (Artemis), que está relacionado con la palabra griega "ἀρτεμής" (artemēs), que significa "intacta" o "pura". Esta etimología está vinculada a la idea de su virginidad y santidad.
En la mayoría de las representaciones artísticas, Artemisa es retratada como una hermosa cazadora vestida con ropas ligeras y una falda corta, generalmente de color blanco, llevando consigo un arco y un carcaj con flechas doradas. Su figura suele estar enmarcada por la luna o un bosque, simbolizando su conexión con la naturaleza, y por lo mismo, le suelen acompañar sus perros guardianes, ciervos, aves o ninfas.
El Templo de Artemisa en Éfeso fue su lugar de culto más famoso e importante, ubicado en lo que hoy es Turquía. Este templo fue construido alrededor del siglo VI antes de nuestra era, y fue considerado como una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Sin embargo, también se sabe que hubieron centros de adoración y peregrinaje todavía más antiguos, ya que la figura de la Diosa Artemisa ha acompañado al hombre desde sus más tempranos inicios. Por ejemplo, en la isla de Delos, en Grecia, se encontraron restos de un santuario dedicado a Artemisa que datan del siglo IX antes de nuestra era, lo que sugiere que su culto se remonta a épocas aún más tempranas, incluso anterior a la época griega. Además, en lugares como Creta y Chipre se han descubierto numerosos artefactos y lugares de culto que también están asociados con Artemisa y que se remontan a periodos prehistóricos, como es el caso de la "Potnia Theron" o "Señora de los Animales", una serie de motivos artísticos (estatuas, pinturas rupestres, relieves, etc.), que muestran a una Diosa rodeada por animales. Este patrón artístico era tan popular, que el mismo Homero se refiere a Artemisa como Potnia Theron en la Ilíada. Otro lugar importante de culto se ubicó junto al lago Nemi, en Aricia, cerca de Roma, en donde se le adoraba con el nombre de "Diana" (a medida que los romanos asimilaron y absorbieron la figura de Artemisa en su propia religión, adaptaron el nombre griego al latín, dando así lugar a "Diana", que proviene de "div" (deidad) y "ana" (sufijo que indica pertenencia). Por lo tanto, Diana podría traducirse como "La Diosa", "La que es Divina" o "La Divina".
La religión grecorromana también nos lega la poderosa enseñanza de que para Diana o Artemisa, la grandiosidad no residía en la monumentalidad de los grandes templos erigidos en su honor, sino en la pureza de la conexión con la naturaleza. En contraste con las ostentosas estructuras de otros Dioses, Artemisa y sus devotos encontraban su santuario en los espacios abiertos, en donde el cielo y la tierra se unían en perfecta armonía. Un simple espacio al aire libre, envuelto en el susurro de los árboles y el canto de los pájaros, constituía el sagrado refugio de Artemisa. Incluso un modesto árbol podía ser venerado como la representación simbólica de Artemisa, recordándonos así la esencia primordial y espiritual de su conexión con la naturaleza.
El legado de Artemisa perdura, invitándonos a reconectar con nuestra esencia auténtica, a respetar la naturaleza y a reconocer el poder y la magia que residen dentro de nosotros. Artemisa, más que una figura mitológica, es un símbolo eterno de la naturaleza salvaje e indómita y del poder inherente en cada ser vivo.
- Artemisa en el Oráculo de las Diosas
Título:
"Artemisa"
Subtexto:
"Tú y aquellos a los que amas estáis a salvo y espiritualmente protegidos"
En el libro interior que viene en conjunto con el mazo de Doreen Virtue, leemos sobre esta Diosa:
- Mensaje de Artemisa: «Como yo, tienes una sagrada misión para propagar amor y luz. Sin embargo, esta no es una posición que proceda de tensiones o preocupaciones. Por el contrario, la tierna esencia de un corazón alegre y una risa despreocupada activan tu poder. ¿Por qué habría de existir tensión en tu mente o en tu cuerpo, a menos que creas que de algún modo no estás a salvo? ¿Y cómo podrías no estar a salvo cuando has apelado a las guerreras espirituales para que te cuiden? Tus plegarias han activado la protección perfecta del cielo, así que alivia tu mente de todas las preocupaciones y problemas, y concéntrate en tu misión sagrada.»- Significados de la carta: • Los ángeles os vigilan a ti y a tu familia • Tu futuro es saludable y seguro • Todas tus necesidades se están cumpliendo y se cumplirán • Lo peor ya ha pasado.- Sobre Artemisa: La Diosa griega Artemisa es la hermana melliza de Apolo, el Dios del sol. Artemisa es una Diosa poderosa y algo masculina, que prefiere pasar su tiempo en el bosque con animales salvajes. Artemisa lleva un arco y una flecha desde su niñez, aunque no los usa para herir a ningún ser. La energía de su arco y su flecha es más bien un talismán que le ayuda a concentrar sus pensamientos e intenciones, y siempre alcanza su objetivo. Artemisa nos ayuda también a concentrarnos. Ofrece protección a todos los que recurren a ella, sobre todo a mujeres y niños.