sábado, 11 de noviembre de 2023

Historia completa del Tarot: Raíces, orígenes, primeras barajas y evolución a lo largo del tiempo


El Tarot es una ciencia esotérica en donde podemos encontrar un compendio de símbolos arcaicos y arquetípicos que reflejan absolutamente todos los aspectos y pormenores de la existencia humana, sirviendo como una herramienta de terapia, adivinación, autoconocimiento y guía.

Y si bien es cierto que a día de hoy esta baraja se encuentra distribuida a lo largo y ancho de todo el planeta; lo curioso es que sus orígenes son un verdadero misterio, pues básicamente no tiene un creador como tal, sino que más bien ha ido evolucionando con el pasar del tiempo y moldeándose de acuerdo a la visión de diferentes culturas y eruditos, llegando así a su actual consenso y composición.

En el presente artículo haremos un repaso profundo y exhaustivo sobre la historia de esta disciplina. 



  • Historia del Tarot: Sus orígenes en Italia y la composición de las primeras barajas


El Tarot no tiene autor ni fecha exacta de creación, pero los vestigios más contundentes sobre su existencia y utilización se remontan al siglo XV en Italia.

¿Cómo y por qué fue creado? Estas preguntas de igual modo tampoco tienen respuesta. Lo más probable, como veremos a lo largo de esta publicación, es que la baraja de Tarot parece responder a una mezcolanza de ideas y prácticas de la época, algunas de origen italiano, y otras provenientes de culturas tan remotas como la china y la árabe. 

El intercambio cultural entre estas naciones se produjo a partir del siglo XIII, más concretamente con la llegada de Marco Polo a Shàngdū, cerca de la actual Beijing, después de viajar por la antigua Ruta de la Seda.

Y esto es muy importante de mencionar, porque los primeros naipes o barajas provienen de China, y se utilizaban siglos antes que en cualquier país de Europa, en donde posteriormente comenzarían a replicarse y adaptarse. No se sabe a ciencia exacta cuándo y dónde se crearía el primer Tarot, pero el registro más completo sobre su existencia se remonta al año 1441 tras la creación del mazo Visconti. Cabe decir que el Tarot Visconti no sería la primera baraja italiana o europea, pero sí la mejor documentada de las que se tenga registro.

Su creador, Filippo Maria Visconti fue uno de los hombres más adinerados de su momento, así como un gobernante que jugó un papel decisivo dentro de la política italiana del siglo XV, ejerciendo como Duque de Milán desde el año 1412 hasta su muerte, acontecida en agosto de 1447. Visconti no solamente gobernaba sobre Milán, sino que también tomó las regiones de Lombardía, Piamonte y Emilia-Romaña.

Este personaje era conocido por tres características: sus maniobras militares, su afición a las artes, y su afición al juego. Estos últimos dos factores influyeron fuertemente en su deseo de tener una baraja personal, pues se sabe que Visconti contactaría al pintor Bonifacio Bembo para encargarle este trabajo, en el cual invertiría la suma de 1.500 ducados de oro, un número muy elevado. 



Filippo Maria Visconti

En cualquier libro o sitio web sobre Tarot se afirmaría que la primera baraja se produjo en el año 1441, lo cual, en cierto modo, sería un error, pues el propio Filippo Visconti publicó varias décadas antes otra baraja, tal como señala Marziano de San Alosio en "Tractatus De Deificatione Sexdecim Heroum" del año 1425.

Marziano de San Alosio fue escriba y astrólogo de Filippo Visconti, y en el documento ya citado explica y describe con sumo detalle una baraja de cartas principalmente compuesta por figuras grecorromanas. Esta baraja fue encargada y financiada por el propio Filippo Visconti al pintor beleño, Michelino da Besozzo, quien se estableció en Milán en el año 1418.



Captura de pantalla de la versión digital del Tractatus De Deificatione Sexdecim Heroum. Véase la versión completa en www.europeana.eu


Marziano de San Alosio realiza una descripción profunda de las cartas, dividiéndolas en tres secciones: Dioses, Aves y Reyes. Son 16 los Dioses grecorromanos que conforman la baraja, los cuales a su vez se dividen en grupos y fuerzas. 

Júpiter, Apolo, Mercurio y Hércules conforman el grupo de la virtud. Juno, Neptuno, Marte y Eolo conforman el grupo de la riqueza. Atenea, Diana, Vesta y Dafne conforman el grupo de la virginidad. Y finalmente, Venus, Baco, Ceres y Cupido conforman el grupo del placer. Subordinados a los Dioses se encuentran las Aves, que también encarnan diferentes tipos de fuerzas: el Águila representa virtud, el Fénix representa riqueza, la Tórtola representa continencia y la Paloma representa placer. Cada grupo de Aves obedece a un Rey que las rige. 

La lectura y el juego de estas cartas se va realizando de acuerdo a la manera en que Dioses, Aves y Reyes se van relacionando entre sí. Las Águilas y las Tórtolas se atraen para enseñar que la virtud y la continencia conducen a un camino de plenitud, mientras que los Fénix y las Palomas muestran que la riqueza y el placer podrían llevar al deterioro de nuestra posición. Y son los Dioses quienes tienen la misión de corregir u orientar al consultante con sus atributos y enseñanzas. La idea del juego es sumar puntos de virtud y descartar las cartas negativas, por lo que perfectamente podría interpretarse como un juego de azar o estrategia, aunque con una enseñanza de fondo. 

Es interesante notar que el documento de Marziano describe aquellos elementos simbólicos más llamativos de los Dioses, para que así, los usuarios que jueguen comprendan su función.

Por ejemplo, de Júpiter se dice: "Sentado en un trono, rodeado y provisto de 4 signos celestes en las esquinas. Arriba a la derecha está el esplendor de la sabiduría y arriba a la izquierda la luz, con la que se dan las leyes, abajo a la derecha una estrella brillante como Marte, que brilla en quienes preservan el estado; en la parte inferior izquierda el rayo". Con esta descripción se evidencia que la carta de Júpiter denota gobierno, autoridad, sabiduría, rectitud e imponencia.

Hércules es descrito así: "En su aspecto terrible, con la frente coronada con un laurel, revestido descuidadamente con la piel del enorme león de Nemea, signo monumental de fuerza. A sus pies, herido por flechas, yace el monstruo antropomórfico del Estrófades [la harpía]". Evidentemente, la carta de Hércules denota fuerza, milicia, empuje, lucha, valentía y heroísmo. 

De Venus tenemos: "De comportamiento un tanto lujurioso, cabello suelto, pechos, brazos y rodillas desnudas para inducir más fácilmente al amor. Ella porta un manto flexible de piel de lince; con su arco y la aljaba preparadas para cazar y herir las almas de los hombres que vagan en las sombras". Esta carta evidentemente denota los aspectos del placer, el amor, el enamoramiento, la pasión y el romance.

Y así sucesivamente continúan las descripciones. 

Como podemos apreciar, cada Dios juega un rol específico dentro de la baraja, teniendo un propósito predeterminado, al igual como ocurre con las actuales cartas de Tarot.

Lamentablemente, esta baraja se encuentra perdida, y no se sabe sobre su paradero. En la actualidad son varias las barajas que intentan recrear o reproducir esta versión, generalmente llevando el nombre de "Tarot de Marziano" o "Tarot de Michelino". También se le suele llamar "Tarot de los 16 Héroes". Pier Cándido Decembrio, posterior secretario de Visconti, también hizo referencias sobre la existencia de esta baraja.

La baraja de los 16 héroes o de Marziano se considera un antepasado directo del Tarot de Visconti clásico, y su existencia apoya la teoría de que las barajas de Tarot son mucho más antiguas de lo que realmente pensamos. 



Una reconstrucción moderna del Tarot Marziano o Tarot Michelino, por el autor y artista Robert M. Place

Evidentemente, la baraja de los 16 héroes sería el antepasado directo del Tarot Visconti, solo que este último contó con una mayor cantidad de cartas, mientras que los héroes se sustituyeron por "triunfos" y las aves y reyes por "palos", que en total serían cuatro: espadas, bastos, oros y copas. 

De hecho, en aquel minuto las barajas italianas no se conocían bajo el nombre de Tarot, sino que recibían el nombre de Triunfos o Cartas del Triunfo.

Lo más probable es que las barajas recibieran este nombre en honor al poeta italiano Petrarca, quien entre los años 1351 y 1374 produjo una de sus obras más significativas: "I Trionfi" (Los Triunfos). I Trionfi consta de seis poemas narrativos que plasman un triunfo o victoria sobre alguna experiencia humana, a menudo representados como una procesión de figuras alegóricas que buscan la iluminación. Así, tenemos el triunfo sobre el amor, la castidad, la muerte, la fama, el tiempo y la eternidad. 



El libro de los Triunfos de Petrarca


La baraja de Visconti fue creada sobre vitela recubierta con láminas de plata y oro, por lo que se traducían en objetos carísimos y de alto estatus. Estas cartas medían 14.5 centímetros de alto y 7.6 centímetros de ancho.

Visconti usaría estas barajas para jugar, y también como obsequio, pues se sabe que varias figuras de aquel minuto recibieron una copia, incluyendo a la reina Isabel de Lorena y a Francesco Sforza, este último se convirtió en su yerno tras casarse con Bianca Maria Visconti en el año 1441. 

Historiadores modernos concuerdan en que la baraja de Visconti no solamente influyó en el actual Tarot, sino que también en la composición general de todos los naipes que vinieron después, definiendo su estructura visual y numeración.


Algunas cartas del Tarot Visconti: La Rueda de la Fortuna, el Ermitaño, la Sota de Bastos, el Loco, el Mago y la Suma Sacerdotisa


Después de que Filippo Maria Visconti muriera sin un heredero varón en el año 1447, estallaron varios combates para restaurar la República, habiendo un período de crisis y conflictos en Milán. Finalmente, en el año 1450, Francesco Sforza se pudo hacer con el poder y tomar la sucesión del trono, convirtiéndose en el nuevo Duque. Este ascenso coincidió con el décimo aniversario de su matrimonio.

Se infiere que estas razones motivaron a que Francesco Sforza ordenase la creación de su propia baraja de Tarot, pues aquel mismo año presenta el mazo Visconti-Sforza, el cual se basaba en las cartas de su suegro. Muy posiblemente el artista que estuvo detrás de este trabajo sería el mismo Bonifacio Bembo, o bien se sospecha de que pudo haber sido su hermano menor: Benedetto, quien también estuvo trabajando en Milán durante aquellas fechas

De momento sabemos quién financió estas barajas y quién las pintó, pero se desconoce e ignora a las personas que concibieron sus figuras, o dicho de otro modo a los responsables de haber estructurado la baraja. ¿Quién sustituyó a lo 16 héroes por los personajes del año 1441? 

Esto aún no tiene respuesta, pero a grandes rasgos, la baraja es un modelo humanista del cosmos del Renacimiento, reflejando las esferas de la actividad humana, las ideas sobre la mitología antigua, y la ideología y la estructura social del minuto. También se aprecia la tradición hermética que subyace al Renacimiento italiano del siglo XV, fuertemente influenciado por el esoterismo neoplatónico. El mismo Bembo sería parte de estas corrientes, así como muchos miembros de la corte de Visconti.

En Italia el Tarot había cobrado una gran popularidad debido a sus múltiples funciones: se utilizaba como juego de entretenimiento (similar al actual bridge); como láminas mnemotécnicas para que los niños trabajasen la memoria; como un método para crecer espiritualmente y ganar diferentes perspectivas de la vida (como se infiere a partir del Tarot de los 16 héroes); y por supuesto como una herramienta de cartomancia o adivinación. En el texto "Le Sorti intitolate Giardino di Pensieri" del intelectual Francesco Marcolino da Forli, se señala precisamente que las cartas del Tarot se utilizaban para estos propósitos: cultivar la mente, cultivar el espíritu, para la adivinación y para entretenerse.

Para el año 1454, las ciudades italianas que estaban en conflicto establecieron finalmente la paz. Esto coincidió con el desarrollo de la industria gráfica y la popularización de las cartas del Triunfo. A medida que las fábricas de papel se extendieron por toda Europa, la impresión de las cartas se convirtió en un comercio, y así, las barajas llegaron a todos los niveles de la sociedad europea. 

La disponibilidad (y, por tanto, la popularidad) de las cartas del Tarot está directamente relacionada con el desarrollo de la industria del papel. Las barajas tipo Visconti eran inicialmente obras de arte costosas que no estaban disponibles para nadie excepto para la nobleza. Pero a medida que las fábricas de papel se extendieron por toda Europa, la impresión de cartas se convirtió en un comercio masivo.



Grabado de Israel van Meckenem que muestra a dos personas con una baraja de Tarot

Como era de esperar, la Iglesia condenó su práctica. En un manuscrito denominado "Los sermones De Ludo Cum Aliis", que data de mediados del siglo XV, un monje franciscano prohíbe tres juegos de mesa: dados, naipes, y Triunfos, que era como se le conocía al Tarot en ese entonces:


"En cuanto al tercer juego de este tipo, conocido como Triunfos, no hay nada en el mundo que pertenezca a juegos tan odiosos a Dios como este juego. Parece, de hecho, que contiene toda deshonra a la fe cristiana, tal como se manifiesta en cada una de sus láminas. Se dice y se ha creído que los triunfos, así llamados, fueron nombrados así por su inventor el diablo, porque ningún otro juego triunfa sobre la destrucción del alma como en éste. En el cual no sólo son Dios, los ángeles, los planetas y las virtudes cardinales desigualmente colocados y nombrados, sino que las verdaderas Luces del Mundo, es decir, el Papa y el Emperador, también son forzadas, lo cual es absurdo, y es la mayor desgracia para los cristianos entrar en este juego. Los 21 triunfos son de hecho los 21 escalones de una escalera que llevan a las profundidades inferiores."


Los sermones del manuscrito De Ludo Cum Aliis son una prueba fehaciente de que los Triunfos se instalaron con mucha fuerza dentro de la sociedad. Por lo tanto, se infiere que no solamente la baraja de Visconti estaba en circulación, sino que también muchas más, incluso, al alcance de personas que no pertenecían a la aristocracia.

Fue en este período de tiempo en donde también surgiría la utilización de la palabra "Tarocco", que con el paso del tiempo terminaría reemplazando a la palabra "Triunfo", y transformándose posteriormente en el actual "Tarot".

La etimología de la palabra Tarocco o Tarot es igual de difusa y misteriosa que los propios orígenes de la baraja. 

Posiblemente el nombre proviene del mundo árabe, derivando de la palabra "ṭáraḥ", que significa "descartar" o "dejar", en referencia a la ganancia o pérdida de puntos en esta clase de juegos y a la acción de barajar (descartar) las cartas de la mano. En otros contextos también podría traducirse como "tirar" o "echar", de allí que posiblemente derive la oración de echar o tirar las cartas. 

Como veremos más abajo, en el mundo árabe se utilizaban juegos de cartas desde mucho antes de que se implementaran en Europa. Incluso la palabra "naipe" proviene del árabe "nāʾib", por lo que no sería sorpresivo que "tarot" también derive de esta lengua.

Otra posible fuente o raíz etimológica derivaría de la palabra italiana "tarato", que significa "tonto" o "loco", en referencia al Arcano Mayor número 0: el Loco, un verdadero ícono de esta baraja. 

El Loco fue un naipe característico de las cartas de Tarot, pues no estaba presente en ninguna otra baraja, funcionando como un comodín. De hecho, se podría decir que el Loco es el antepasado del joker moderno. A su vez, la palabra tarato derivaría del griego "ταράσσω" (tarassó), que significa lo mismo.  

Por cuestiones de fonética, la palabra "Tarocco" terminaría pronunciándose como "Taraux" ('Tagó') en Francia, y de allí que evolucionase al término actual: tarot.

Otro posible origen etimológico derivaría de "Taro", el nombre de un río ubicado al norte de Italia, más concretamente en la región de Emilia-Romaña, territorio que en aquel minuto pertenecía precisamente a la gobernación de Visconti. Por lo tanto, "taro" sería una especie de gentilicio que se utilizó para agrupar a los mazos y barajas que se estaban desarrollando en aquella región. 

El astrólogo Robert Falconnier, quien fue pionero en la publicación de barajas con temática egipcia, menciona en su libro, "Les XXII Lames Hermétiques du Tarot divinatoire" (Las 22 Láminas Herméticas del Tarot adivinatorio), que la palabra "Tarot" derivaría de "तार" (tāra), término sánscrito para las estrellas. Esta teoría sugiere que el Tarot estaba originalmente relacionado con la astrología, y que los Arcanos Mayores podrían haber representado las constelaciones o influencias astrológicas, muy presentes en la religión hindú y en la cultura india en general.

Sin embargo, en muchos diccionarios italianos la palabra "Tarot" o "Tarocco" se continúa clasificando como una palabra de etimología desconocida, incierta o inconclusa. 


Tarotista realizando una lectura. Pintura del año 1505 por el artista Lucas van Leyden

Con el tiempo comenzaron a nacer otras barajas. 

Una de las más tempranas, datada del año 1450, es el "Tarot D'este", producido por una familia noble de Ferrara y con un gran poder adquisitivo, pues también se trata de una baraja muy lujosa, aunque se desconoce a su autor. Del total, únicamente han sobrevivido las siguientes cartas: Rey de Espadas, Reina de Espadas, Caballero de Espadas, Rey de Bastos, Caballero de Bastos, Sota de Bastos, Rey de Oros, Reina de Copas, el Mago, el Papa, la Templanza, la Estrella, la Luna, el Sol, el Mundo y el Loco. 

Obviamente, la baraja ha sido reconstruida en su totalidad en siglos posteriores.



Tarot D'este

Para alrededor del año 1460, se publicaría el famoso "Tarot del Rey Carlos VI", aunque su historia es bastante curiosa, ya que apoyaría la idea de que el Tarot en realidad es mucho más antiguo.

Resulta que en el año 1392, en el Registro de las Cuentas Reales del Rey Carlos VI de Francia, se menciona el pago de una alta suma de dinero al artista Jacquemin Gringonneur por pintar tres barajas de naipes por petición del Rey. 

Estos datos dan cuenta de dos cosas: primero, que el uso de las cartas en un principio estaba reservado solamente a aquellos que podían pagar sus altos costos de producción, como también ocurrió con el caso del Duque Visconti, y segundo, que las barajas de naipes son anteriores al siglo XV.

Sin embargo, las tres barajas originales pintadas por Gringonneur no se han podido encontrar, aunque en siglos posteriores se han recreado bajo el título de "Tarot de Carlos VI".

Y la primera recreación fue aquella publicada en año 1460, impulsada por la popularidad de aquellas tres barajas de naipes encargados por el rey Carlos VI y que nunca fueron encontradas.

Esta baraja, creada sobre láminas de madera con oro bruñido y ornamentación labrada, denotan su alto costo de producción.

Actualmente el Tarot de Carlos VI reposa en la colección de la Bibliothèque Nationale en París.



Tiempo después, en Florencia, se crea el "Tarot de Minchiate", mencionado por primera vez en el año 1466, y que se diferencia de otras barajas por contar con una mayor cantidad de cartas o triunfos; 97 en total. De este monto, 78 son las mismas que se encuentran en el Tarot de Visconti-Sforza, mientras que las 19 cartas restantes se distribuyen entre los 12 signos zodiacales y las 7 virtudes cardinales. 



Algunas cartas de la baraja Minchiate. Arriba se pueden apreciar ejemplares del zodiaco: Aries, Piscis, Leo y Tauro. Abajo se aprecian Arcanos Mayores: Los Enamorados, La Justicia, La Rueda de la Fortuna y El Colgado


Otra baraja importante y popular de la época, fue la "Sola-Busca", creada alrededor del año 1491 en la ciudad de Ferrara. Investigadores atribuyen la autoría de las cartas al pintor Nicola di Maestro Antonio, y al filósofo hermético Ludovico Lazzarelli. 

Esta baraja, que debe su nombre a una adinerada familia de Milán, tienen la particularidad de plasmar dibujos que ilustran perfectamente el significado de las cartas, haciendo que su interpretación resulte sencilla y directa. De hecho, la baraja Sola-Busca destaca por sus ilustraciones llenas de colores, detalles y simbología (de tipo alquímica, filosófica, mitológica y hermética), llegando a cimentar los estándares del Tarot moderno, sobre todo en lo que respecta a los palos o Arcanos menores.

Hasta la fecha se han encontrado cinco ejemplares de este Tarot, pero sólo uno está completo con sus 78 cartas.



Algunas cartas del colorido y vívido Tarot Sola-Busca


El famoso y destacado ocultista estadounidense, Arthur Edward Waite (1857-1942), y la ilustradora Pamela Colman Smith (1878-1951), serían los encargados de revivir el Tarot Sola-Busca en tiempos modernos, pues en el año 1909 publicarían su propia baraja, el "Tarot Rider-Waite", cuyos palos o Arcanos menores se basan en gran medida en los dibujos del Tarot Sola-Busca, haciendo que sus ilustraciones también sean vívidas y de fácil interpretación.



Comparación entre algunas cartas de la baraja Sola-Busca y el Rider-Waite


El "Tarot de Mantegna" también forma parte de este grupo de barajas italianas del siglo XV, publicada por primera vez en la ciudad de Ferrara en el año 1465.

Se desconoce al autor de la obra, aunque se le atribuye el trabajo al pintor italiano Andrea Mantegna, de allí su nombre.

Esta baraja se compone por 50 cartas grabadas en láminas de cobre, cada una representando una serie de imágenes alegóricas que representan una variedad de conceptos filosóficos y morales que se dividen en varias categorías, como por ejemplo: "Condiciones del hombre" (que representan diferentes tipos de roles o trabajos que se ordenan de forma jerárquica, desde el mendigo y el sirviente hasta el emperador y el papa); "Artes Liberales" (cartas relacionadas con filosofía, teología, escritura, música, astronomía, etc.); "Planetas" (que incluye al Sol, a la Luna, a Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno); las "Siete Virtudes" (justicia, caridad, templanza, fortaleza, fe, esperanza, y prudencia); "Tres Genios" (Genio del Sol, Genio del Tiempo y Genio del Mundo); y las Musas del Dios Apolo. 



Tarot Mantegna


Otra muy curiosa y antigua baraja italiana, es el "Tarot de Budapest", aunque en realidad se trata de un nombre honorífico pues se desconoce al autor y el origen exacto de dichas cartas, las cuales, reposan hoy en día en el Museo de las Bellas Artes de dicha ciudad, de allí su nombre.

Lo llamativo de esta edición es que no ha sobrevivido en forma de baraja, sino que en forma de pliego. Un pliego es una hoja grande de papel u otro material similar que contiene múltiples copias de un diseño impreso, listas para ser recortadas.

Se puede inferir que este pliego fue elaborado por una empresa fabricante de naipes o Tarots pero que nunca llegó a utilizarse, sobreviviendo al paso de los siglos en esta forma.

Éstas cartas datan del año 1470, o incluso puede que sean todavía más antiguas, dado los diseños de las mismas. Incluso se piensa que pueden ser casi contemporáneas al Tarot Visconti.

Por suerte algunos autores contemporáneos han intentado recrear y revivir a esta baraja, destacando el trabajo del autor Sullivan Hismans, que recreó el Tarot de Budapest en su totalidad.



Algunas cartas del Tarot de Budapest que han sobrevivido en forma de pliego, es decir, nunca se recortaron


Para el año 1465 se publicaría el "Tarot de Rosenwald", probablemente de origen milanés o florentino. 

Su nombre proviene de Julius Rosenwald, un coleccionista de arte estadounidense que adquirió la baraja en la década de 1930, ya que se desconoce su nombre y autoría original.

Pero más que ser una "baraja", el Tarot de Rosenwald es en realidad una serie de dibujos encuadernados en blanco y negro que probablemente formaron parte de un libro sobre Tarot, y se desconoce si se preserva como baraja. 

Lo que tenemos del Tarot de Rosewald es un total de 48 cartas o diseños encuadernados en blanco y negro, de las cuales se conservan todos los Arcanos Mayores con excepción de El Loco. Por su parte, los Arcanos Menores que han sobrevivido se dividen en los palos tradicionales del Tarot italiano: oros, copas, espadas y bastos.

Por suerte, algunos autores modernos también se han dedicado a reconstruir y completar este mazo.

Tras la muerte de Rosewald, la baraja o las encuadernaciones pasaron a formar parte de la Galería Nacional de las Artes de Washington D.C.



Encuadernaciones originales del Tarot de Rosewald

Otra baraja parcialmente encontrada, y que en realidad tampoco podría catalogarse como tal, puesto que nuevamente estamos frente a un pliego, es lo que se conoce como "Lámina de Cary-Yale", datada del año 1466 y probablemente elaborada en Milán.

En cuestión, la lámina consta de 67 cartas ilustradas sobre un pliegue blanco, posiblemente para ser recortadas. 

Llama demasiado la atención el parecido entre los Arcanos de esta lámina, y lo que sería el Tarot de Marsella en siglos posteriores.

Al igual como acontece con los otros descubrimientos parcialmente encontrados, la Lámina de Cary-Yale se ha restaurado y reeditado como un mazo de cartas completo en épocas posteriores. 

En la actualidad, la lámina forma parte de la Biblioteca Beinecke de Libros Raros y Manuscritos de la Universidad de Yale, de allí su nombre.



Lámina Cary-Yale


Otra baraja de cartas que se encuentra indudablemente entre las más antiguas de la historia, corresponde al famoso "Tarot Boloñés", que más bien es un nombre genérico que recibieron las barajas producidas en esta región.

Las primeras menciones del Tarot en Boloña se remontan a mediados de la década de 1440, cuando se vio a un comerciante boloñés vendiendo barajas de Tarot en la ciudad de Ferrera. De igual modo, se han encontrado pruebas tempranas de su uso en dos pliegos de cartas sin cortar que datan de finales del siglo XV o de principios del siglo XVI. Uno de estos pliegos se encuentra actualmente en la Colección Rothschild del Museo del Louvre, mientras que el otro reposa en la Escuela Nacional de Bellas Artes de París.

Lo curioso de estos pliegos, es que son casi idénticos a los Arcanos que posteriormente se publicarían en Francia, lo que denota la popularidad o el impacto que tuvo el Tarot de Boloña en regiones circundantes.



Arcanos Mayores de la colección Rothschild, Tarot de Boloña


La tradición local de Boloña, le atribuye la invención del Tarot a la familia real Castracani Fibbia, más concretamente al príncipe Francesco Antelminelli, de quien se cree que fue un aficionado a las cartas. 

Dicha afirmación ha perpetuado en Boloña, pese a que el príncipe Francesco murió en el año 1419, es decir, por lo menos 20 años antes del Tarot de Visconti (pero casi contemporáneo al Tarot de Marziano).

Esto nuevamente nos hace concluir lo mismo: el Tarot es mucho más antiguo de lo que realmente creemos, y que en un principio estaba únicamente en manos de quienes podían costear su valor.

Sin embargo, es probable que los pliegos de Rothschild respondan a una versión más económica del Tarot, ya que, según se puede inferir del manuscrito de Los Sermones De Ludo Cum Aliis, el Tarot pareció traspasar la frontera de la aristocracia.

Incluso hay una pintura del siglo XVII que muestra al príncipe Francesco sosteniendo una baraja de Tarot. Se logra distinguir a la Reina de Bastos en su mano:




Como era de esperarse, el Tarot Boloñés continuó desarrollándose con el paso del tiempo.

Algunas barajas tempranas de la región nos evidencian su estructura. Por un lado, tenemos un total de 21 Arcanos Mayores, que son los mismos de la baraja Visconti, sólo que aquí no existía la carta de El Loco, además de que la Papisa, la Emperatriz, el Emperador y el Papa, fueron eliminados y reemplazados por cuatro "Moretti", es decir, por cuatro moros. Dicha modificación probablemente se hizo para no pasar a llevar a la Iglesia y al Estado italiano. De hecho, a lo largo de la publicación veremos que muchas barajas históricas sufrieron esta misma edición, casi siempre eliminando la carta del Papa, de la Papisa, y del Emperador.

Por su parte, los Arcanos Menores del Tarot Boloñés se componen por cuatro palos: espadas, oros, copas y bastos, los cuales, se enumeran desde el As hasta el 10. Además de contar con sus respectivas figuras de la corte: Sota, Caballero, Reina y Rey.

Para los años 1700's, el Tarot de Boloña ya era todo un clásico, y hasta nuestros días se continúan reimprimiendo y remasterizando trabajos de esta región.



Tarot Boloñés, siglo XVII. En esta época la carta de El Loco ya estaba incluida en la baraja


Tanto el Tarot de Rosenwald como el de Budapest, el de Cary-Yale y el del príncipe Francesco, son evidencia de que existieron muchas más barajas de Tarot en su momento además del Visconti, del Minchiate, del Sola-Busca del Mantegna, pero que no han sobrevivido al paso de los siglos, al igual como ocurre con el pliego de Rothschild. 

Además, si la iglesia francisana emitió un discurso para condenar el Tarot, como leemos en el manuscrito de Los Sermones De Ludo Cum Aliis, es porque ya estaba instaurado en toda la sociedad.

De igual modo, y para concluir la sección, quisiera destacar una obra escrita por el artista italiano Francesco Marcolini y publicada en el año 1540: "Le sorti" (Los Destinos). Este trabajo se define como un libro de oráculos y fortuna en cuyo interior se plasmaban frases e ilustraciones, siendo muy similar al Tarot o a los Triunfos, solo que en lugar de cartas físicas se utilizaba un libro.

Al comienzo de la obra, Francesco enumera un total de cincuenta preguntas, que son las únicas que se pueden hacer. Trece de ellas son para hombres, como por ejemplo: “¿Es mejor que me case con una mujer fea o hermosa?”. Otras trece preguntas son para mujeres, como por ejemplo: “¿Sufriré por mi pareja?”. Y las veinticuatro preguntas restantes son tanto para hombres como para mujeres, como por ejemplo: “¿Es bueno que me vengue de esta ofensa?” o “¿Encontraré paz en el mundo?”.

Para encontrar la respuesta a la pregunta elegida, el consultante deberá buscar entre las ilustraciones un vicio, virtud o condición humana que se relacione con su pregunta, habiendo un total de cuarenta y cinco pares de cartas ilustradas. Luego, el consultante va robando o descartando sus números a medida que avance con la búsqueda, pues cada ilustración indica restas o sumas. Finalmente, la persona deberá llegar a un número determinado que corresponderá a una frase o reflexión que contendrá la respuesta final.



Le Sorti, un libro de oráculos y fortuna similar al Tarot



  • Influencias Bizantinas, Neoplatónicas y de Oriente

Antes de pasar al desarrollo del Tarot en Francia, debemos detenernos en la influencia intercontinental: aquella que muy probablemente ayudó a forjar la composición de la propia baraja Visconti y del resto de mazos italianos. 

En China existe una práctica milenaria de cartomancia, guía y adivinación, el "I Ching", descrito por primera vez hace 2.000 años y que curiosamente llegó a Europa en las mismas fechas en las que se comenzó a desarrollar y popularizar el Tarot.

Los misioneros jesuitas desempeñaron un papel importante en la introducción de la cultura, la filosofía y los textos chinos hacia Occidente. Matteo Ricci, Ferdinand Verbiest, Michele Ruggieri, Giuseppe Castiglione, Johann Adam Schall von Bell y Jean-Baptiste Régis son algunos ejemplos de sacerdotes jesuitas que contribuyeron decisivamente a llevar el conocimiento chino hacia Europa entre los siglos XIV y XVIII. Matteo Ricci y Jean-Baptiste Régis en particular tradujeron los textos del I Ching al latín y lo difundieron entre los eruditos e intelectuales de Europa, quienes estaban interesados ​​en la religión comparada, la filosofía y el misticismo. 


Matteo Ricci y el astrónomo chino Xu Guangqi


El I Ching o  "Libro de los Cambios", es un texto filosófico y espiritual que proporciona principios para comprender el orden natural del universo, el comportamiento humano y la dinámica del cambio. El I Ching se ha utilizado durante siglos para proporcionar orientación, conocimientos y sabiduría sobre diversos aspectos de la vida. Esta herramienta opera como un sistema de adivinación a través de símbolos y hexagramas. 

El I Ching está profundamente arraigado en el concepto del Yin y el Yang, representando la naturaleza dualista de la existencia. El Yin se asocia con la receptividad, la pasividad y la oscuridad, mientras que el Yang se asocia con la actividad, la asertividad y la luz. Estos conceptos son fundamentales para comprender los hexagramas y sus interpretaciones. El I Ching también enseña que todas las situaciones y fenómenos están en un estado de cambio y que comprender los patrones de cambio puede conducir a una mejor toma de decisiones y a una vida armoniosa. 

El I Ching consta de 64 hexagramas, cada uno formado por seis líneas, ya sea discontinuas (Yin) o sólidas (Yang). Estos hexagramas van acompañados de interpretaciones, a menudo en forma de textos breves que brindan orientación e información relacionada con la situación específica representada por el hexagrama. Los hexagramas suelen estar dispuestos en una secuencia específica, como la secuencia del Rey Wen, que es la disposición más común utilizada en los textos tradicionales del I Ching. Además de los hexagramas y sus interpretaciones, el I Ching también incluye comentarios y discusiones filosóficas que proporcionan una visión más profunda del significado y la importancia de los hexagramas.

El proceso para consultar el I Ching suele variar, pero generalmente se utiliza el método de la moneda o del tallo de milenrama. Con el primero, la persona lanza tres monedas seis veces, creando una serie de caras (Yang) y cruces (Yin). Cada lanzamiento produce una línea del hexagrama, comenzando desde abajo. Una cara puede representar una línea continua (Yang), mientras que una cruz puede representar una línea discontinua (Yin). El segundo método implica el uso de 50 tallos de milenrama. Los tallos se manipulan de una manera específica y, mediante una serie de conteos y clasificaciones, se determinan las líneas del hexagrama. El hexagrama resultante representa una situación o aspecto específico de la pregunta de la persona, que posteriormente se consulta en el libro de los cambios o I Ching.



64 hexagramas del I Ching

Además del I Ching los chinos también desarrollaron una gran cantidad de barajas y juegos con fines de entretenimiento, como por ejemplo, las cartas de Xiangqi, las cartas de los Cuatro Colores, las cartas del Vino, las cartas Zi pai, las cartas Madiao, las cartas Khanhoo, y muchas otras, siendo pioneros en la elaboración de juegos de azar, naipes y estrategia, los más antiguos remontándose al año 618.

Lógicamente, el intercambio cultural entre China y Europa influyó en la creación de barajas y juegos de índole similar, incluyendo las de Visconti y Sforza, y también, el libro de Francesco Marcolini.


Cartas Zi pai


Otro tipo de baraja que pudo haber influido en el desarrollo del Tarot, fueron las "Cartas Mameluco", provenientes del sultanato egipcio y que se usaban con fines de entretenimiento y azar.

En su idioma original el mazo recibe el nombre de "Mulūk wa-nuwwāb" (Reyes y Diputados), y se compone por un total de 52 cartas, las cuales se dividen en bastos, monedas, espadas y copas, además de representar algunas figuras cortesanas, tal como se aprecia en el Tarot de Visconti.

El singular de nuwwab es "nāʾib", y es aquí de donde precisamente deriva el significado etimológico de la palabra "naipe", ya que las cartas mameluco se popularizaron con este nombre tras la invasión musulmana sobre España y Portugal. La primera mención europea de estos naipes aparece en el año 1371, cuando en un diccionario de rimas en lengua catalana se enumera "naip" entre las palabras que terminan en "ip". Incluso existen registros de que las autoridades prohibieron esta clase de juegos, lo que sugiere su rápida popularidad.
 
Los textos caligráficos que aparecen en la parte superior e inferior de las cartas representan aforismos y refranes árabes, por ejemplo: "Con la espada de la felicidad redimiré a un amado que luego me quitará la vida”, “Delicias para el alma y cosas agradables, en mis colores hay de todo”, “Regocíjate por tu felicidad duradera”, etc., que nos recuerdan a los clásicos axiomas de algunas barajas de Tarot o barajas de Oráculo.



Naipes mamelucos


Otra influencia extranjera en las raíces del Tarot, podría provenir de un filósofo bizantino que tuvo gran impacto sobre la Italia del siglo XV: Gemisto Pletón.

Pletón fue una figura muy importante en el área intelectual y teológica de la época, llegando incluso a participar en el Concilio de Florencia del año 1439. 

Pletón abogó por un retorno a las enseñanzas de Platón, Pitágoras, y de otros pensadores griegos de la Edad Clásica, promoviendo el estudio de sus obras, cosa que la Iglesia había prohibido durante muchos años, tildándolos de "autores paganos". Sus habilidades intelectuales e influencia lo convirtieron en una figura respetada al interior de la sociedad bizantina, siendo un renombrado maestro y erudito en filosofía, diplomático, asesor del emperador y docente de la Universidad de Constantinopla. 

Importantes figuras de Italia tuvieron una relación estrecha con Pletón, entre ellos el político y banquero, Cosme de Médici, quien funda la Academia Platónica Florentina bajo su influencia. Otro estudioso de Pletón fue Francesco Filelfo, un humanista y traductor que precisamente trabajó en la corte de Filippo Maria Visconti en Milán. Marsilio Ficino, Segismundo Malatesta, Juan Argirópulo, y el ya mencionado Francesco Sforza también fueron figuras políticas e intelectuales que estuvieron bajo la influencia de Pletón, y todos a su vez se vinculaban con la familia Visconti y/o con la región de Milán.

Pletón enseñó el panteísmo, el helenismo, el orfismo y las enseñanzas de filósofos griegos, principalmente de Platón, y también revivió la antigua filosofía egipcia. Por ende no es de extrañar que Visconti estuviese motivado e influenciado por su figura.



Gemisto Pletón (el hombre de barba, abajo a la izquierda). Pintura de Benozzo Gozzoli ("El Viaje de los Magos").

El Tarot de los 16 héroes por ejemplo es notoriamente un trabajo que refleja profundos conocimientos sobre filosofía y religión griega. Incluso, en la baraja Visconti-Sforza todavía podemos apreciar algunos remanentes, por ejemplo: en la carta de la Fuerza no vemos a una mujer abriendo las fauces de un león, sino que vemos a Hércules golpeando con su maza a la bestia. Otro ejemplo lo tenemos con la carta del Ermitaño, que en lugar de retratar a un anciano portando un candelabro, retrata a un anciano portando un reloj de arena; símbolo de Cronos, Dios del Tiempo (de hecho antiguamente la carta del Ermitaño se conocía como carta del Tiempo). En la carta de los Enamorados se aprecia a Cupido surcando los aires, y la carta de la Justicia retrata a una mujer con los mismos elementos simbólicos de la Diosa Diké y/o Atenea, como la balanza y la espada. 

De igual modo, los Visconti y los Sforza estuvieron muy interesados en el mito de Apolo y Dafne, por lo que en sus matrimonios solían encargar pinturas que retratasen a estas figuras. Todo esto no hace más que evidenciar que los Visconti estuvieron muy relacionados con el mundo helénico, y que por ende tenían un gran interés en esta clase de temas. No por nada la carta del Mago retrata al arquetipo del ocultista o alquimista del medioevo.



Hércules retratado en la carta de la Fuerza


  • Arribo del Tarot en Francia:

El Tarot se introdujo en Francia a principios del siglo XVI como resultado de la Primera y Segunda Guerra Italiana (1494-1522), más concretamente cuando los franceses conquistaron Milán y el Piamonte, accediendo así a las costumbres y documentos del país vencido. 

Al igual que en Italia, el Tarot ganó gran popularidad entre la población francesa producto de sus múltiples propósitos, y gracias al desarrollo de la industria papelera pudo ser accesible para todas las clases sociales. Así, algunos lo utilizaban como método de adivinación, otros como herramienta mnemotécnica, y, principalmente, como un juego, siendo similar al ya nombrado bridge. 



Fábrica de cartas en Paris. Grabado del siglo XVII


Cuando comenzó la producción masiva del cartas en el siglo XVI, el Tarot francés se convirtió en la baraja estándar para el resto de los países, debido a su gran impacto. 

Y una de las barajas más tempranas que podemos encontrar en tierras francesas, corresponde al Tarot de Catelin Geoffroy, publicado en el año 1557 en la ciudad de Lyon, sureste de Francia. La diferencia de esta baraja con otras del mismo estilo, es que la de Catelin Geoffroy tiene animales, más concretamente faisanes, leones, loros y monos, en lugar de los palos convencionales conformados por copas, bastos, oros y espadas. 

De igual modo, la baraja Catelin Geoffroy tiene una gran influencia del Tarot italiano en cuanto a los Arcanos Mayores se refiere. 

Lamentablemente, esta baraja no ha sobrevivido en su totalidad al paso del tiempo, y sólo se conservan 38 cartas, de las cuales 12 corresponden al grupo de los Arcanos Mayores. Éstas son: El Mago, La Papisa, La Emperatriz, El Emperador, el Papa, el Carro, el Ermitaño, el Ahorcado, la Muerte, la Templanza, la Torre y el Juicio.

El Tarot de Catelin Geoffroy es por lejos uno de los antepasados más remotos del Tarot de Marsella, que se convertiría en la baraja estándar del Tarot francés y en uno de los mazos más utilizados y populares del mundo. 



Tarot de Catelin Geoffroy


Las imágenes sencillas pero enigmáticas del Tarot francés cobraron vida en la psique de los estudiosos de la época, y se transformaron rápidamente en un objeto cotidiano de interés. 

A lo largo del próximo siglo, el Tarot continuaría usándose como una herramienta multipropósito, aunque principalmente ligada al juego. Y fue a comienzos del siglo XVII cuando se produjo el Big Bang del Tarot místico y adivinatorio, llegando incluso a opacar o reemplazar sus otras funciones. Esto se debió al hecho de que Francia fue cuna de muchas corrientes esotéricas y sociedades místicas.

Otro antepasado temprano del Tarot de Marsella, es el "Tarot de Jean Noblet", que data del año 1650 y que fue publicado por primera vez en París. 

Evidentemente, el Tarot de Jean Noblet sigue los patrones artísticos del Tarot de Catelin Geoffroy, estandarizando así la estructura y visual del Tarot francés.

Y de hecho, se considera que el Tarot de Jean Noblet sería el primer modelo estándar del Tarot de Marsella.



Algunas cartas del Tarot de Jean Noblet


Otro antepasado que ayudó a estandarizar la baraja francesa, fue el "Tarot de Jacques Viéville", también datado del año 1650, pero con una mayor influencia del Tarot Boloñés en cuanto a simbología y diseño.



Tarot de Viéville. Nótese que la carta del Colgado se ilustraba al revés


Otra baraja conocida de la época, es el Tarot de París, que también se publicó a mediados del siglo XVII, aunque se desconoce a su autor original. 



Tarot de Paris


Para comienzos del siglo XVIII se publicaría una baraja que continuaría contribuyendo al trabajo de sus predecesoras: el "Tarot de Besançon", que lleva el nombre del territorio en donde fue producida.

Esta baraja fue publicada por el fabricante de naipes Jacob Jerger, y ampliamente distribuida en Suiza, dado que la ciudad de Besançon se encuentra justo en la frontera entre ambos países.

Como dato curioso, esta baraja tuvo dos particularidades únicas: La Papisa y El Papa fueron reemplazados por Juno y Júpiter, respectivamente. Este cambio se produjo para evitar conflictos religiosos entre la población, ya que la carta de El Papa ofendía a los protestantes, y la Papisa ofendía a los católicos, que eran las dos religiones que predominaban en esta zona.



Tarot de Besançon. Nótese la carta de Juno y Júpiter


Al año siguiente, es decir, en 1701, se publicaría en la ciudad de Lyon el "Tarot de Jean Dodal", que tuvo un éxito muy significativo en toda Francia, pues fue previsto como un mazo de venta masiva, apostando por un nuevo modelo más simple, económico y accesible. Esto se tradujo en una producción numerosa de copias, convirtiéndolo en la baraja más comercializada de su momento. 

En esencia, su autor, Jean Dodal, se basó en el Tarot de Noblet del año 1650, reinterpretando y rediseñando las cartas.

Prontamente, el Tarot de Jean Dodal se convirtió en el prototipo más completo de lo que a futuro se conocería como Tarot de Marsella.



Tarot de Jean Dodal

A los pocos años, más concretamente en 1709, se publicaría en la ciudad de Dijon otra baraja de gran repercusión, la cual, continuó trabajando con el legado estandarizado por Jean Dodal. Nos referimos al "Tarot de Pierre Madenie", que también se transformó en un prototipo directo del Tarot de Marsella. 


Tarot de Pierre Madenie

Sin embargo, con el paso del tiempo también se publicaron algunas barajas que en término de diseño no se acoplaron en demasía al Tarot de Marsella impulsado por autores como Noblet, Dodal,  Madenie, y otros.

Y un ejemplo de ello, son las coloridas cartas del "Tarot de Hautot",  que lleva el nombre de su autor: Adam Hautot, oriundo de la ciudad de Rouen, norte de Francia.

Esta baraja se publicó en el año 1725, desligándose un poco del patrón visual de sus antecesoras. 

Como dato curioso, esta baraja también sufrió la misma modificación del Tarot de Besançon, sólo que La Papisa fue reemplazada por "El Español", y El Papa fue reemplazado por el Dios "Baco". 

Esta versión de Tarot se hizo más popular en Bélgica y en los Países Bajos que en Francia.



Tarot Hautot. Nótese la carta de Baco y la de El Español


Entonces: ¿Por qué el Tarot francés se conoce popularmente como Tarot de Marsella?

Esta pregunta se puede responder a partir de una baraja publicada en el año 1736, y que también tuvo un éxito muy importante en toda Francia.

Me refiero al "Tarot de François Chosson", publicado en la ciudad de Marsella.

Su autor, cuya baraja lleva su nombre, continuó trabajando con el legado de Noblet, Dodal y Madenie, ayudando a estandarizar el diseño y la composición de la baraja.

El Tarot de François Chosson contribuyó significativamente a que el término "Tarot de Marsella" se masificara en el lenguaje común, especialmente al convertirse en una de las barajas más populares de la época. 

Por lo tanto, no es de extrañar que la baraja de François Chosson se conociera simplemente como "Tarot de Marsella", y que todas sus predecesoras, las cuales, también tenían el mismo estilo y patrón artístico, formasen parte de esta amalgama de prototipos marselleses.


Tarot de François Chosson


Un par de años después, más concretamente en 1739, se publicó en la ciudad de Dijon el "Tarot de Jean-Baptiste Madenié", creado por el hijo de Pierre Madenié y que básicamente es una reedición del Tarot de su padre, aunque presenta ciertas diferencias.


Tarot de Jean-Baptiste Madenié


En 1743 se publicó en la ciudad de Aviñón el "Tarot de Jean-François Payen", que sigue el mismo diseño marsellés de sus predecesores, sólo que se elaboró con materiales baratos para ser comercializado a precios bajos.


 Tarot de Jean-François Payen


Y para el año 1751 se publicaría la baraja de Claude Burdel.


 Tarot de Claude Burdel


En el 
 año 1760, la fábrica de naipes Camoin, dirigida por el editor Nicolás Conver, publicaría una baraja conmemorativa que buscaba honrar la tradición del Tarot marsellés, ya que de hecho, la fábrica de naipes Camoin se ubicaba precisamente en la ciudad de Marsella.

Es así como se publica el "Tarot de Nicolás Conver", que podría definirse como una remasterización del Tarot de François Chosson y que continuaría desarrollando la identidad de las barajas de Marsella.

Por muchos años la obra de Conver se traduciría como una de las barajas más importantes del Tarot, y también, de las más representativas de la escuela marsellesa, siendo el resultado de muchos siglos de trabajo y producción.


Tarot de Nicolás Conver


En el año 1780 se publicó otra famosa baraja de Tarot en lengua francesa, sólo que teniendo su origen en un territorio vecino: Bélgica. Esta baraja fue creada por el autor F. I. Vandenborre, y publicada bajo el nombre de "Tarot Belgijski", que literalmente se traduce al español como "Tarot Belga". En esencia, esta baraja mantiene la estructura del Tarot Hautot, conservando la carta de El Español y la de Baco, que reemplazan respectivamente a La Papisa y al Papa.



Tarot Belgijski

Y es así como todas estas barajas ayudaron a impulsar la identidad del Tarot marsellés. Y eso que solamente he tenido que seleccionar las que, a mi criterio, son las más importantes, pues para no extender el artículo me he visto en la obligación de excluir a decenas de barajas marsellesas.

Ahora quiero pasar a comentar una baraja de cartas que siguió su propio rumbo, independizándose del Tarot estandarizado.

Esta baraja fue diseñada por el destacado ocultista francés, Jean-Baptiste Alliette, conocido mundialmente por su pseudónimo "Etteilla", y publicada por primera vez en el año 1789.

Esta baraja se llamó "Grand Etteilla", y contribuyó significativamente al desarrollo del Tarot como una herramienta de adivinación. 

Lo que diferenció a la baraja de Etteilla de los Tarots anteriores, fue su énfasis en la interpretación esotérica de las cartas, así como la adición de elementos simbólicos y correspondencias astrológicas. Etteilla también cambió el orden de algunas cartas y les dio nuevos nombres basados en sus propias interpretaciones. 

En general, la baraja de Etteilla tuvo un gran éxito en su tiempo, y su influencia persiste hasta el día de hoy, ya que se sigue publicando.



Grand Etteilla


Ahora que hemos visto a las principales barajas de Tarot francés, pasemos a conocer a ocultistas y tarotistas del mismo país que ayudaron a divulgar la baraja. Entre los más importantes e influyentes se encuentra: Antoine Court de Gébelin, el ya mencionado Jean-Baptiste Alliette, Eliphas Levi, Jean-Baptiste Pitois, Robert Falconnier, Marie Anne Lenormand y Gérard Papus, de quienes haremos una breve reseña histórica.

Comenzando por Antoine Court de Gébelin, considerado como uno de los padres intelectuales del ocultismo contemporáneo producto de sus aportes y trabajos. 

Court de Gébelin asoció cada una de las cartas del Tarot con figuras y conceptos de la antigüedad, incluidos Dioses, filósofos y mitos. Por ejemplo, relacionó la carta del Mago con el Dios egipcio Thoth, también llamado Hermes Trismegisto, y la carta de la Muerte con el Dios griego Plutón.

De igual modo, Antoine fue uno de los primeros autores en argumentar que el Tarot tuvo sus raíces fuera de Europa, más concretamente en Egipto.

Resulta que los antiguos egipcios afirmaban que sus textos sagrados fueron escritos y entregados en tiempos inmemoriales por Thot, a quien veneraban como Dios y Patrón de las ciencias, la escritura, la magia, la comunicación, las artes ocultas, la sabiduría y el conocimiento. Estos textos sagrados englobaban diversas temáticas fundamentales para el desarrollo de la humanidad, tales como astrología, astronomía, medicina, filosofía, magia, ingeniería, política, religión, etc.

La tradición egipcia afirma que dichos textos eran obras celosamente custodiadas en los templos, y no eran accesibles para cualquier persona, mucho menos para ojos curiosos.

Por ejemplo, en su obra "Aegyptiaca" ("Historia de Egipto"), el historiador y sacerdote del siglo III antes de nuestra era, Manetón, menciona la existencia de una serie de textos sagrados que de acuerdo a los egipcios provienen directamente de Thoth, el Dios egipcio de la sabiduría y la escritura. 

En efecto, los egipcios veneraban y admiraban tanto a la figura de Thoth, que nadie se atrevía a contradecir su legado o su existencia. Simplemente el Dios Thoth fue para los egipcios una figura tan real como lo es Yahvé para los judeocristianos, o Buda para los budistas, y así sucesivamente. Es decir, una Deidad totalmente verdadera y que en tiempos remotos mantuvo un contacto estrecho con algunas personas.



Thot, Patrón de las ciencias y el conocimiento


De hecho, la creencia de que Thoth era una figura real, ya sea un Dios que bajó de los cielos, una entidad espiritual, o incluso un maestro ascendido o un mago, estuvo tan instaurada en Egipto, que en tiempos ptolemaicos los griegos pensaron que Thoth efectivamente fue una figura histórica y real, y a quien terminaron llamando "Hermes Trismegisto".

El nombre se debe al hecho de que los griegos asociaron a su propio Dios nacional de la sabiduría, la ciencia y la magia, Hermes (también llamado Mercurio), con Thoth, mientras que Trismegisto significa "Tres veces grande" en griego, enfatizando la grandeza y la importancia atribuida a esta figura.

El historiador y erudito fenicio, Filón de Biblos, que vivió entre los siglos I y II, dijo:


"Hermes Trismegisto se presenta como un gran sabio que vivió en tiempos muy antiguos, y que está en contacto con los Dioses. Su tiempo se remonta mucho antes al de Platón [427 a.n.e] y los Siete Sabios [620 a.n.e]. Hermes le entregó a los egipcios sus leyes y sus escritos. Esto es lo que los egipcios llaman 'Thoth', y lo que los griegos conocen como 'Trismegisto', el 'Tres veces grande'".

 

De igual modo, el historiador judío Artapanus de Alejandría, quien vivió en el siglo III a.n.e, mencionó sobre Hermes:


"Hermes le enseñó a los egipcios la navegación, las grúas para levantar piedras, las armas, las bombas de agua, las máquinas de guerra y la filosofía"

E incluso, el sacerdote cristiano, Clemente de Alejandría (150-215), entrega importantes detalles sobre el tema:


"Ahora, los libros que son absolutamente indispensables para Hermes son cuarenta y dos en total. Treinta y seis de ellos contienen toda la disciplina de la sabiduría, y son aprendidos de memoria por los diferentes sacerdotes ya mencionados. Los seis restantes son aprendidos por los 'Portadores del Santuario'"


Con el paso de los siglos han surgido varios libros y tratados de temática esotérica que plasman o buscan transmitir los conocimientos originales de Thoth o Hermes, entre ellos la "Tablilla Esmeralda" y el "Kybalión". Y de acuerdo al conde Antoine y a otros autores, la baraja de Tarot también formaría parte de estas obras atribuibles a Thoth o a Hermes.



Grabado que retrata a Hermes Trismegisto

Lamentablemente, según se cree, esta invaluable obra fue víctima de la invasión de los persas bajo el gobierno de Cambises II, lo que resultó en la completa destrucción de las láminas originales y sus reproducciones, sobreviviendo únicamente algunos vestigios o remanentes que han ido emergiendo en siglos posteriores. Otros dicen que los Arcanos originales de Thoth permanecen ocultos, y que los 22 Arcanos que conocemos en la actualidad son apenas un acercamiento de lo que realmente fueron en tiempos egipcios.

Esto se suma y se complementa con otra teoría del medioevo, la cual, afirma que fueron los gitanos quienes realmente llevaron el Tarot a Europa desde tierras egipcias, siendo una teoría que ha circulado en varias tradiciones y creencias populares.

De hecho, el propio término "gitano" con el cual conocemos a este pueblo nómade, es en realidad un exónimo. Un exónimo se define como un nombre o término dado por un grupo de personas (en este caso, los europeos) a una entidad geográfica, cultural, étnica o lingüística que es diferente de su propio grupo (en este caso a los "romaníes", que sería el verdadero nombre de los "gitanos")

Los exónimos a menudo surgen debido a diferencias lingüísticas o culturales entre el grupo que nombra y el grupo que es nombrado.

Entonces: ¿Por qué a los romaníes se les llama "gitanos"? El término "gitano" deriva de la antigua palabra italiana "egiptano", que literalmente significa "egipcio". En pocas palabras, los europeos nombraron con este exónimo a los romaníes porque pensaban que provenían de Egipto.

Además, cuando los romaníes ingresaron a Europa, llevaron consigo una rica y exótica tradición cultural que incluía diversos tipos de prácticas adivinatorias y de curandería, lo que contribuyó al misterio en cuestión.

Entonces, de acuerdo al Conde de Gébelin, los símbolos e imágenes de las cartas del Tarot contienen profundos significados esotéricos relacionados con los misterios del Antiguo Egipto, y que incluso podrían provenir del mismo Thoth. De igual modo, Antoine también afirmaba que los gitanos fueron los responsables de haber traído el Tarot a Europa. 



Antoine Court de Gébelin


Al poco tiempo se popularizaron los trabajos de otro importante ocultista y filósofo francés: Jean-Baptiste Alliette, quien adoptó el pseudónimo de "Etteilla".

Etteilla es considerado como el padre del Tarot moderno, creando la primera sociedad de cartomancia, la "Société littéraire des associés libres des interprètes du livre de Thot". También produjo varios libros, como el "Dictionnaire synonimique du Livre de Thot", que abordaba sistemáticamente todos los significados que podía tener cada carta, tanto en su posición vertical como a la inversa, añadiendo matices y complejidad a la interpretación. También diseñó y creó su propia baraja, la "Grand Etteilla" (descrita en párrafos anteriores), que se convirtió en uno de los mazos más populares de aquel entonces y que todavía se comercializa en el mundo. De igual modo, Etteilla asoció cada palo de la baraja con uno de los cuatro elementos clásicos: Tierra, Agua, Aire y Fuego. Esta atribución influyó en su interpretación de las cartas y añadió otra capa de simbolismo a las lecturas.



Etteilla


Eliphas Levi fue otro de los ocultistas más renombrados y significativos en la historia de Francia y del mundo. 

En su temprana infancia, Levi fue inscrito como novicio y enviado a un monasterio, pues se esperaba que se convirtiera en sacerdote. Con el tiempo alcanzaría el grado de diácono y posteriormente de clérigo. Sin embargo, Levi abandona este estilo de vida por diferencias de opinión con el dogma católico y un descontento con la autoridad. Fuera de la vida monástica, Eliphas Levi comenzaría a trabajar como tutor en París, en donde conoce al mago socialista Simon Ganneau, cuyas ideas sobre la religión causaron gran controversia en la sociedad, por ejemplo, al afirmar que el Dios cristiano era un ser andrógino. También apoyaba la reencarnación y el matriarcado. 

Estas ideas fomentaron el interés de Levi en el mundo oculto y político. Para el año 1841 escribe un texto llamado "La Bible de la liberté" (La Biblia de la libertad), en donde discute la figura de Lucifer de una manera decididamente política y gnóstica, lo cual le trajo un arresto de 8 meses y una multa de 300 francos. Flora Tristan, Jozef Wronsky y Bulwer Lytton serían otros destacados ocultistas con los cuales Eliphas Levi comenzaría a relacionarse. 

Con el tiempo, Levi ganaría elogios como autor, mago ceremonial y maestro de cábala. Su obra más importante fue "Dogme et Rituel de la Haute Magie" (Dogma y ritual de la alta magia), en donde profundiza en una amplia variedad de temas, como la cábala, el alfabeto hebreo, la astrología, la magia ceremonial y por supuesto, el Tarot. Lévi fue influyente al conectar el Tarot con la cábala, sugiriendo correspondencia entre los 22 Arcanos Mayores y los 22 senderos del Árbol de la Vida, de igual modo asoció cada carta con una letra del alfabeto hebreo. Por ejemplo, al Loco le asignó la letra  Aleph, que representa el comienzo de la creación. También incorporó principios herméticos y alquímicos a su comprensión de la baraja, definiéndolas como claves para desbloquear el conocimiento oculto. 



Eliphas Levi


Jean-Baptiste Pitois también fue otro importante ocultista y astrólogo francés, famoso por haber sido pionero en la creación de una baraja con temática egipcia, aunque los resultados de la misma se publicarían de forma póstuma. 

En su juventud, Pitois fue formado como sacerdote en una comunidad monástica, sin embargo, y al igual que Eliphas Levi, abandonaría este estilo de vida, desarrollando un fuerte sentido anticlerical. En años posteriores ejercería como periodista, escribiendo varias obras sobre la historia de Francia bajo el seudónimo de Paul Christian. En el año 1839, Pitois fue nombrado bibliotecario del Ministerio de Educación de Francia, en donde tendría acceso a una gran cantidad de libros y textos, incluyendo volúmenes enteros de literatura esotérica. Y fue aquí en donde Pitois cultivó su interés en esta temática, principalmente en cuanto a astrología se refiere. También se dedicó a traducir las obras del médium y ocultista sueco, Emanuel Swedishborg, y para el año 1850 se convertiría en alumno del ya mencionado Eliphas Levi.

Sus obras más populares y destacadas son: "Historia de la magia, del mundo sobrenatural y del destino a través de los tiempos y los pueblos", y "El hombre rojo de las Tullerías". 

Por su puesto, Pitois emprendió la misión de reimaginar a los 22 Arcanos Mayores del Tarot convencional de acuerdo a la iconografía egipcia, intentando acercarse a lo que él suponía que fueron las 22 láminas de oro originales entregadas por Thoth.




Jean-Baptiste Pitois


Sin embargo, tras su muerte, fue el astrólogo Robert Falconnier y el artista Maurice Otto Wegener quienes se encargaron de continuar el trabajo de Pitois, diseñando a estos 22 Arcanos Mayores y publicando los resultados en el libro "Les XXII Lames Hermétiques du Tarot divinatoire" (Las 22 Láminas Herméticas del Tarot adivinatorio) del año 1896, en donde presentaron y describieron a estos Arcanos. 



Algunos Arcanos de la baraja egipcia diseñados por Falconnier y Wegener basándose en el trabajo de Pitois


En dicho libro, Falconnier continuó difundiendo la idea de que las cartas provienen del Antiguo Egipto, y que Hermes Trismegisto vivió alrededor del año 2.000 antes de nuestra era en la antigua ciudad egipcia de Uaset, conocida por los griegos como Tebas. Y como ya se mencionó al comienzo de este artículo, Falconnier también afirma que la palabra "Tarot" derivaría etimológicamente de "तार" (tāra), término sánscrito para "estrella", sugiriendo una conexión entre el Tarot y la influencia astrológica. Además, hoy se sabe que los gitanos serían oriundos de la India, lo que apoya la teoría de que el Tarot podría derivar de estas regiones. 



Portadilla del libro Les XXII Lames Hermétiques du Tarot divinatoire. Abajo del título se lee del francés: "Las XXII láminas herméticas del Tarot adivinatorio exactamente reconstituidas según los textos sagrados y según la tradición de los reyes magos del Antiguo Egipto"


Otra cartomante y tarotista de gran relevancia, fue Marie Anne Lenormand, quien además poseía habilidades de médium, videncia y nigromancia. Lenormand aprendió a leer las cartas con una adivina que precisamente empleaba el Tarot de Etteilla. Al poco tiempo su dedicación, y por supuesto, intuición natural, la convirtieron en una tarotista muy destacada, llegando a trabajar en esta disciplina a lo largo de 40 años. De hecho, Lenormand logró amasar una gran fortuna a través del Tarot, teniendo a muchos políticos y personalidades de renombre dentro de su clientela, como Robespierre, Saint-Just, Jean Paul Marat, la emperatriz Josefina, el zar Alejandro I y el mismísimo Napoleón Bonaparte. Marie Anne Lenormand también diseñó su propia baraja y publicó casi una veintena de libros al respecto.



Marie Anne Lenormand


Gérard Encausse "Papus" fue otro de los principales estudiosos y divulgadores del Tarot en Francia, impartiendo charlas, cursos, y publicando una abundante literatura al respecto.

Papus recibió una educación formal completa, ingresando en la Universidad de París para estudiar medicina, de la cual se graduaría con éxito en el año 1894. Posteriormente, abrió una clínica en Rodin para ejercer como médico, aunque nunca dejó de lado su verdadera pasión: el ocultismo.

Esto hizo que frecuentara y perteneciera a varias sociedades y logias de esta índole, como por ejemplo, la Sociedad Teosófica de Helena Blavatsky; la Orden Cabalística de los Rosacruces de Peladan; la Iglesia Gnóstica de Francia; la Orden Hermética de la Aurora Dorada y la Masonería, iniciándose en el rito Swedishborgiano y en el rito de Menfis.

Su libro más destacado es "El Tarot de los Bohemios", una verdadera enciclopedia que explica el funcionamiento de esta disciplina y contribuyendo ampliamente a su popularización, además de ahondar en la cábala y en la astrología.



Papus


  • Más allá de Francia e Italia

Hasta el momento hemos visto el impacto y el desarrollo del Tarot en dos países: Francia e Italia, que básicamente son la cuna de esta herramienta esotérica.

Pero desde sus primeros días, la baraja de Tarot también se hizo bastante popular en otros países de Europa, y a continuación veremos algunas barajas importantes de la época, más allá de lo acontecido en sus primeros años dentro de Francia e Italia.

Una de las barajas de Tarot más tempranas que se puedan encontrar, es la tan famosa "Baraja Española", cuyos primeros registros se remontan al año 1539.

Esta baraja es básicamente una simplificación del Tarot italiano, teniendo sus propias características distintivas. 

Por ejemplo, la baraja española conserva los cuatro palos del Tarot italiano, es decir: espadas, bastos, oros y copas, pero las enumera del 1 al 7, o a veces, del 1 al 9, en lugar del 1 al 10, y elimina a las reinas de la corte, dejando únicamente a la sota, al caballo y al rey. De igual modo, esta baraja tampoco cuenta con los Triunfos o Arcanos Mayores.

Esta exclusión pudo haber sido una forma de evitar cualquier controversia religiosa con la tan inquisitiva iglesia de España, manteniendo así la aceptación generalizada de la baraja en la sociedad.

Recordemos que en el manuscrito de Los sermones De Ludo Cum Aliis, la iglesia criticaba y condenaban profusamente a los Triunfos. 



Baraja Española


E incluso, en el museo de cartas de la editorial española Fournier reposan los restos de una baraja que ha sobrevivido parcialmente a nuestros días, los cuales, datan del año 1390: ¡anteriores a las barajas de Visconti! Por si fuera poco, su diseño nos recuerda en cierta manera a las barajas de Tarot clásico y también, a las cartas mameluco, sólo que con un diseño bastante primitivo y simplificado. Es más, la baraja también se compone por bastos, espadas, oros y copas que se enumeran del 1 al 9, además de tener sus respectivas figuras de la corte: sotas, caballeros, y reyes. 

Éste mazo se conoce como "Baraja Morisca", y no se sabe con certeza su procedencia, aunque se opina que pueden provenir de Italia, España o Cataluña. 

La existencia de esta baraja nos confirma la idea de que los naipes tienen influencia árabe, y también, que son todavía más antiguas de que realmente creemos. 



Baraja Morisca


Otra remota baraja de naipes, es la "Hofämterspiel", que se traduce del húngaro como "Juego de la Corte".

Este mazo perteneció a la colección personal del rey de Hungría, Ladislao I, y tras su muerte se encontró en los tesoros artísticos del archiduque Fernando de Tirol.

La baraja Hofämterspiel data del año 1455, aunque se desconoce a su autor.

Sin embargo, se piensa que no se utilizaba concretamente para la adivinación o en algún contexto esotérico, aunque tampoco se ha podido determinar su verdadero uso. Además, los personajes de la baraja difieren totalmente del Tarot convencional, exceptuando al Loco, a los Reyes y a las Reinas. Igualmente, podría haber algunas equivalencias que nos recuerdan a las Sotas, a los Caballeros, y a los Papas.

De todos modos, vale la pena mencionar su existencia ya que ayuda corroborar la fuerte presencia de los naipes en la Europa del siglo XV.



Baraja de Hofämterspiel 


Otro caso interesante de Tarot temprano, es la baraja "Mantegna-Ladenspelder", publicada en el año 1540 por el editor oriundo de Essen, oeste de Alemania, Johann Ladenspelder.

Como bien indica su nombre, este trabajo sería una remasterización o reedición del Tarot italiano Mantegna del año 1465, ya mencionado al comienzo de la publicación.



Tarot Mantegna-Ladenspelder


A principios del siglo XVI, Albrecht Dürer, quien fue un estudioso de las corrientes herméticas y neoplatónicas surgidas en Italia, produjo una baraja únicamente compuesta de Arcanos Mayores. En la actualidad existen varios mazos que completan la baraja con 78 cartas basándose en la simbología y estilo de Dürer.



Cartas de Dürer: el Loco, los Enamorados, la Luna


De hecho en Alemania también se produjo una obra bastante interesante, la Mainzer Kartenlosbuch, publicada en el año 1510.

El Mainzer Kartenlosbuch es un libro de oráculos y fortuna en cuyo interior se plasman frases, reflexiones, advertencias y motivaciones que funcionan como un sistema clásico de adivinación.

El funcionamiento del libro es simple: el consultante realiza su pregunta para luego lanzar unos dados, obteniendo así un número concreto que lo llevaría a una página determinada. Aquí, el consultante encontraría su respuesta, por ejemplo: "Has estado bebiendo demasiado de la vid y, por lo tanto, encontrarás dolor". 

Este libro tiene un funcionamiento similar a la obra anteriormente nombrada de Francesco Marcolini, solo que utilizando dados.



Una página del Mainzer Kartenlosbuch


Otra temprana baraja de origen alemán que sobrevive a nuestros días, es la "Virgin Solis", del año 1544, que se caracteriza por tener únicamente a los palos o Arcanos Menores. 

Además, en esta baraja predominaban animales en lugar de figuras religiosas o místicas, probablemente para evitar algún roce o conflicto con la Iglesia.



Virgin Solis


Desde su introducción en Suiza, el Tarot de Besançon experimentó una muy rápida ascensión hacia la popularidad, dando lugar a una serie de nuevas barajas de Tarot suizo. Y una de las primeras publicadas en este país, fue el "Tarot de Francois Heri, que se publicó en el año 1718 en la ciudad de Solothurn, al noroeste de Suiza.

En esencia, dicha baraja consiste básicamente en una reproducción del Tarot marsellés, y no del Besançon, cosa que fue novedad en Suiza. Como tal, el mazo conserva a La Papisa y al Papa.



Tarot de Francois Heri


Otra baraja histórica, fue el "Tarot Hes" del año 1750, publicado en la ciudad de Augsburg, Alemania, por el editor Johann Christoph Hes.

Como fue habitual en las barajas en este idioma, el Tarot Hes tendría fuertes influencias del Tarot de Besançon, que llegó a éste país desde Suiza. Así, el Tarot Hes se compondría por los palos italianos tradicionales y sustituiría a La Papisa y al Papa por Juno y Júpiter.




Al poco tiempo, en el año 1780, se publicaría en Salzburgo, Austria, el Tarot Miller-Besançon, que como bien indica su nombre nace producto de la influencia del Tarot francés creado en la frontera con Suiza.

Por lógica, en esta baraja Juno y Júpiter continúan reemplazando a La Papisa y al Papa. 

Otra de las modificaciones llamativas, es la carta de El Diablo, quien aparece vestido con un disfraz tipo circo, similar al de El Loco, y con una sonrisa en su cara, algo que difiere a las clásicas representaciones del Diablo, que generalmente lo muestran desnudo y con un rostro enfadado.



Tarot Miller-Besançon. Nótese la carta de El Diablo


Continuando con la tradición germanoparlante, otra baraja llamativa y popular en dicha lengua, fue la "Schweizer Tarot" o "Tarot Suizo", publicado por primera vez en el año 1831 en el taller cartográfico del editor Johann Georg Rauch.

Éste colorido y llamativo Tarot derivaría, como es de costumbre, de la baraja de Besançon, y por ende, tendría su misma estructura, componiéndose por los clásicos palos italianos y reemplazando a La Papisa y al Papa por Juno y Júpiter, respectivamente, además de conservar los patrones artísticos del Tarot marsellés clásico, pero con un diseño más fresco y colorido.



Tarot Suizo


  • Otras barajas italianas

Como es lógico, Italia, que fue cuna del Tarot, también continuó publicando muchas más barajas a lo largo del tiempo, además de las ya mencionadas al comienzo de la publicación y de sus posteriores reediciones.

Así que a partir de los siguientes párrafos comentaremos algunas de ellas, comenzando con  el "Tarot de Metelli", que se publicó en el año 1660 como parte de un libro ilustrado de nombre “Giuoco di Carte con Nuova Forma di Tarocchini” (Juego de cartas con una nueva forma de Tarot), elaborado por el artista barroco Giuseppe Maria Mitelli como encargo del conde Filippo Bentivoglio.

Evidentemente, para utilizar estas cartas era necesario recortarlas del libro y pegarlas sobre cartulina resistente. 

A la fecha, sólo ha sobrevivido en forma de pliego o ilustración, pero ha sido restaurado y reeditado varias veces a lo largo de los siglos. 



Tarot de Metelli, pliego original



Tarot de Metelli, restauración


Otra baraja famosa, es el "Tarot Minchiate Etruria", que como bien indica su nombre, se trata de una remasterización de la baraja Minchiate del año 1466, mencionada al comienzo del artículo, y que destaca por ser uno de los mazos más antiguos de Tarot junto con el de Visconti.

El Tarot Minchiate Etruria se publicó en el año 1725, y a partir de entonces volvería a ser reeditada en varias oportunidades, debido a su popularidad. 

Este mazo incorporó algunos cambios y ajustes en el diseño original del Minchiate.



Minchiate Etruria


Ahora comentaremos el tan famoso caso del "Tarot del Piamonte", que es un nombre genérico que recibe una gran cantidad de barajas que fueron publicadas en esta región a partir del siglo XVIII.

En el Piamonte se desarrollaron dos principales escuelas de Tarot: aquellas que se basaban netamente en el Tarot marsellés, y una variante regional que incorporaba elementos culturales y simbolismos propios de la región del Piamonte.

Entre algunas de las barajas más antiguas de esta región, destacan 4: el "Tarot de Giuseppe Ottone" (1736), el "Tarot de Giacomo Zoni" (1440), el "Tarot de Pierre Cheminade" (1742), y el "Tarot de Giacomo Chastelano (1744).

En sí, éstas 4 barajas son una reedición italiana del Tarot de Marsella, cuya popularización también se extendió a lo largo de Italia.



Tarot de Giacomo Chastelano



Tarot de Giacomo Zoni

En el año 1750 se publicaría la baraja "Al Soldato", que cuenta con diseños únicos de la escuela y tradición boloñesa, y como tal, la Suma Sacerdotisa, la Emperatriz, el Emperador y el Papa también serían reemplazados por cuatro moros, tal como en las primeras publicaciones del Tarot boloñés.




En el año 1832, el artesano Giuseppe Maurizio Lando, también del Piamonte, publicaría su baraja de cartas bajo el nombre de "Tarot de Marsella-Lando", que era una básicamente reproducción del Tarot francés, pero con líneas y colores más suaves.



Tarot de Marsella-Lando


Otra baraja popular de la escuela piamontesa, fue el "Tarot Vergnano", que lleva su nombre del editor y fabricante de naipes turinés, Stefano Vergnano, que en sí, también sería una reedición italiana del Tarot de Marsella, siendo publicada en 1836.




En el año 1835, esta vez en Milán, se produciría una baraja innovadora y con un estilo totalmente revolucionario: el "Tarot Soprafino", creado por el artista Carlo della Rocca, y el editor de origen alemán, Ferdinand Gumppenberg. 

Este Tarot se basa en el Marsella, pero con un diseño contemporáneo típico de la escuela neoclásica, y muy diferente a cualquier otra baraja del momento, además de que sus Arcanos se titulan en italiano.

Esto convirtió al Tarot Soprafino en una de las barajas más deseadas, continuando reeditándose a nuestros días.



Tarot Soprafino


Siguiendo el estilo anterior, el litógrafo Claudio Foudraz,  también del Piamonte, sorprendería al mundo cartomántico a través de la publicación de una baraja con diseños totalmente nuevos: "El Tarot Oriental" del año 1842, y cuyos Arcanos se inspiran en la cultura china, que fue muy popular entre los aristócratas italianos del siglo XVIII y XIX.

En sí, las cartas corresponden a la clásica estandarización del Marsella, solo que sus personajes tienen un diseño totalmente oriental. 



Tarot Oriental


Alrededor del año 1862 aparecería el "Tarot de Edoardo Dotti", que sería un Marsella con variaciones de color y diseño, además de que sus Arcanos llevan el nombre en lengua italiana.



Tarot de Edoardo Dotti


Hacia el año 1865, el editor e ilustrador del Piamonte, Claudio Perrin, también publicaría su propia baraja, la cual, con una técnica cromolitográfica adelantada, retrataría a sus Arcanos con un bello estilo renacentista. 

El Tarot de Perrin basa su estructura y composición en el Tarot marsellés, pero añadiéndole un diseño visual contemporáneo a su época, además que el nombre de los Arcanos también los plasmó en italiano.



Taro de Claudio Perrin


En este mismo período de tiempo se desarrolló en Italia el "Tarot Siciliano", un fósil viviente que conserva características de barajas italianas de los siglos XVI y XVII, actualmente desaparecidas, y también, del Tarot Minchiate.

La baraja Siciliana se caracteriza por una composición de Arcanos única, teniendo una serie de significativas alteraciones si se le compara con el Tarot tradicional.

Primero que todo, las imágenes religiosas de la baraja estándar fueron sustituidas por completo. Por ejemplo, el Diablo fue reemplazado por "El Barco" del Tarot Minchiate; El Juicio se reemplazó por "Júpiter"; y El Mundo se representó con "Atlas" sosteniendo un globo, entre otros notorios cambios. Obviamente, la baraja tampoco cuenta con El Papa y La Papisa.

Éstas modificaciones responden lógicamente a la férrea fe católica de Sicilia, que históricamente ha sido un región muy conservadora en términos religiosos.

De igual modo, otro cambio que llama la atención acontece con El Colgado, que aquí se retrata con una soga alrededor del cuello, como si se hubiese suicidado. Por su parte, el Arcano de La Torre no se encuentra destruida ni en llamas. 

En cuanto a los Arcanos Menores, el Tarot Siciliano cuenta con los 4 palos tradicionales: bastos, espadas, copas y oros, las cuales, se enumeran del 1 al 10. Por su puesto, la baraja también se conforma con las figuras de la corte, teniendo una sota, un caballero, una reina y un rey por cada palo.



Tarot Siciliano


  • Siglo XX y actualidad


A mediados del siglo XIX y a comienzos del siglo XX, Europa vivió un verdadero fenómeno de sociedades secretas y organizaciones de carácter ocultista, principalmente influenciadas por países como Francia e Italia, y también, por la Sociedad Teosófica de Helena Blavatsky, que se extendió rápidamente por el mundo.

En el año 1888, los masones y ocultistas William Wynn Westcott, Samuel Liddell MacGregor y William Robert Woodman fundarían una de las sociedades más importantes de ocultismo a nivel global, la "Orden Hermética de la Aurora Dorada", con sede en Londres, y a la cual perteneció el ya nombrado Papus. Esta sociedad se caracterizó por enseñar y publicar trabajos relacionados con metafísica, magia, astrología, cábala, alquimia, hermetismo, masonería y Tarot. 



Westcott, MacGregor y Woodman con las vestiduras ritualistas de la Orden


A la Orden Hermética de la Aurora Dorada pertenecieron muchos autores de renombre, incluyendo al destacado ocultista y masón inglés, Arthur Edward Waite, quien publicaría en el año 1909 la baraja que lleva su nombre, y que prácticamente marcó un antes y un después en la historia del Tarot al introducir un simbolismo innovador y revolucionario.

El Tarot Rider-Waite destacó por incluir imágenes detalladas, coloridas y didácticas de todas las cartas, incluyendo al palo de Arcanos Menores, que históricamente nunca fueron ilustrados. Esta característica facilitó la interpretación y la lectura de las cartas para usuarios de cualquier nivel, ya que les permitió basarse en las imágenes para comprender su significado con mayor claridad.



Tarot Rider-Waite


Hasta la fecha se estima que el Tarot de Rider-Waite ha vendido más de 100 millones de copias, siendo por lejos una de las barajas de mayor éxito en el mundo.

De hecho, la mayoría de las barajas posteriores, sean de la temática que sea, se basan en el Tarot Rider-Waite. 



Con sus atractivas, didácticas e ilustrativas cartas: la baraja de Rider-Waite revolucionó el Tarot. Apréciese una comparativa con algunos Arcanos Menores del Tarot de Marsella.


Arthur Edward Waite también dejó una rica bibliografía sobre esta temática, destacando principalmente el libro "A pictorial key to the Tarot", en el cual profundiza el simbolismo de cada carta, explorando los detalles intrincados y los significados ocultos detrás de las imágenes. Las explicaciones de Waite ofrecen una base profunda para principiantes, y también le brinda a los lectores experimentados una visión más completa sobre el Tarot. De igual modo, Waite enseña tiradas para realizar lecturas, siendo una verdadera guía para dominar esta disciplina. 



Arthur Edward Waite


Aleister Crowley fue otro ocultista que jugó un papel destacado en la cartomancia y en el mundo de las ciencias esotéricas.

Crowley fue un mago ceremonial de nacionalidad inglesa que también formó parte de la Orden Hermética de la Aurora Dorada, así como de la Ordo Templi Orientis. Su interés en lo esotérico y en lo místico se manifestó desde su juventud, dedicando una gran parte de su vida a la exploración de diversas tradiciones ocultas y espirituales, como la magia, la alquimia, la astrología, la cábala, y por supuesto, el Tarot.

De hecho, Crowley incorporó correspondencias astrológicas y cabalísticas en la baraja del Tarot, y describió en profundidad la interpretación de las cartas. De igual modo, argumentaba que los Arcanos del Tarot contenían símbolos y enseñanzas que se remontaban a la antigua sabiduría egipcia.

No por nada, para cuando Crowley publica su propia baraja de Tarot en el año 1944, la bautizaría como "El Libro de Thoth", siguiendo la tradición que se remonta a la Europa del siglo XVII y a los viejos relatos de antaño.



Aleister Crowley


Otra importante baraja que surge a mediados del siglo XX, fue el mazo de Tarot Egipcio publicado por la editorial argentina de Kier, que hasta la fecha se ha convertido en uno de los principales trabajos en este campo.

Esta editorial nació en Buenos Aires, Argentina, en el año 1907, siendo fundada por un inmigrante danés llamado Niklæs Berhard Kier, teósofo y estudioso de las ciencias esotéricas, y que además dominaba el español por haber vivido anteriormente en España.

Originalmente la Editorial Kier, que comenzó como tienda de libros especializados en literatura esotérica, se llamó "Librería Teosófica", teniendo el objetivo de difundir esta religión en Argentina, además de funcionar como centro de reunión para teósofos. Como parte de sus intereses, la librería contaba con un amplio catálogo de los más diversos tópicos espirituales y místicos, incluyendo literatura relacionada con gnosticismo, metafísica, hermetismo, hipnosis, hinduismo, budismo, astrología, espiritismo, rosacrucismo, cábala, etc. 

El éxito de la baraja egipcia de Kier se debe al hecho de que no solamente consta de los 22 Arcanos Mayores de Falconnier/Wegener, sino que también tiene su propio compendio de 56 Arcanos Menores, los cuales, reflejan múltiples aspectos y situaciones de la vida cotidiana. De hecho, los 56 Arcanos Menores del Tarot de Kier no tienen paralelismos con el Tarot clásico o convencional, poseyendo una identidad completamente propia y fresca.

Desde entonces, prácticamente cualquier baraja de temática egipcia ha incluido a estos 56 Arcanos en sus barajas.


Tarot Egipcio de Kier


Otro Tarot destacado del siglo XX, y continuando con la línea en lengua hispana que abordamos con Kier, es "El Gran Tarot Esotérico" de la médium española, Maritxu Erlantz Guller, y publicada por la Editorial Fournier en 1976.

El Gran Tarot Esotérico se destaca por ser una celebración de los 600 años de historia desde la primera vez que apareció el Tarot en Europa. En este contexto conmemorativo, El Gran Tarot Esotérico mantiene el patrón artístico del Tarot de Marsella, al tiempo que redefine su simbología para ofrecer una nueva interpretación esotérica, teniendo un rico tapiz de simbología basada en la alquimia y la astrología.



El Gran Tarot Esotérico


El siglo XX de igual modo se caracterizó por la convergencia de diferentes corrientes e ideas espirituales, filosóficas y religiosas. Y el Tarot no se vio exento de modificaciones o influencias típicas de esta era, y un ejemplo claro, fue la publicación del "Tarot Osho Zen", que se define como un eslabón entre el Tarot tradicional y un oráculo.

Esta baraja se alinea con la filosofía y las enseñanzas del "Zen", es decir, del budismo chino, centrándose profusamente en el mensaje impartido por el maestro indio Bhagwan Shree Rajneesh, mejor conocido como "Osho", que es el título que se le entrega a los sacerdotes budistas en Japón. 

Esta baraja está diseñada para ser una herramienta de autodescubrimiento, percepción espiritual, crecimiento y reflexión, y fue elaborada por la autora Susan Morgan, quien fue discípula e integrante por muchos años de la comunidad de Osho en Pune, la India, durante los años 70 y 80, adoptando posteriormente el nombre simbólico de Ma Deva Padma.

Evidentemente, si bien es cierto que el Tarot de Osho Zen conserva algunos Arcanos del Tarot clásico, o tiene sus equivalentes; la mayoría de sus cartas son exclusivas y nuevas, demás de tener un estilo artístico diferente a cualquier otra baraja.



Tarot Osho Zen


También me gustaría destacar una colaboración efectuada en los años 90' entre dos tarotistas de renombre: el chileno Alejandro Jodorowsky, y el francés Philippe Camoin, este último, nacido en la ciudad de Marsella, desciende directamente de Nicolás Conver, que como mencionamos anteriormente fundó la casa editorial Camoin y publicó una baraja de Tarot marsellés en el año 1760.

Philippe Camoin y Alejandro Jodorowsky se embarcaron durante muchos años en la reconstrucción más exacta y precisa de lo que fue el Tarot de Marsella del siglo XVII y XVIII, combinando los símbolos que estaban esparcidos por distintas barajas de Europa en una estructura esotérica totalmente nueva y remasterizada, respetando, lógicamente, la tradición procedente de la familia Camoin, ya que ese fue uno de sus principales objetivos. 



Tarot Jodorowsky-Camoin

Y continuando con el hilo anterior, otra restauración importante de Tarot marsellés, fue la baraja publicada en el año 2011 por el tarotista y filósofo israelí, Yoav Ben-Dov, quien además fue alumno de Alejandro Jodorowsky en París durante la década de los años 80's.

La baraja de Yoav Ben-Dov también consiste en una restauración del Tarot de Nicolás Conver, que como vimos, se publicó por primera vez en el año 1760.

Como tal, su baraja es una reproducción exacta de la misma, respetando trazados y colores.

En total, Yoav Ben-Dov tardó 3 años en realizar este trabajo, y a la fecha se considera una de las reproducciones más exactas. Incluso, en una encuesta realizada en el año 2016, la cual, buscaba escoger a las 9 mejores barajas de Tarot de Marsella, el de Yoav Ben-Dov quedó en el puesto número 1.

Sobre su baraja, Ben-Dov diría:

"Cuando comencé a trabajar en mi libro, “Lectura Abierta” no planeaba publicar mi propia baraja de Tarot. Mi idea inicial era utilizar ilustraciones de una de las tantas versiones de Marsella que ya estaban disponibles en el mercado. Tenía varias opciones al alcance, pero el proceso de negociar los derechos de autor me hizo replantearme la idea. Pude ver esto como una oportunidad para crear la baraja que siempre quise para mí: una edición del Tarot de Marsella que capture su magia de la manera más efectiva, con la menor cantidad de distorsiones y omisiones, y que pueda usarse para lectura práctica. La cuestión de dónde buscar esta magia parecía bastante sencilla. Entre las diferentes versiones del Tarot de Marsella, la baraja de Conver de 1760 ocupa claramente una posición especial. Se podría decir que se encuentra exactamente en el punto de transición entre las dos grandes épocas de la historia del Tarot. Por un lado, la baraja Conver es producto de cuatro siglos de evolución y desarrollo del Tarot. Aparece poco antes de los grandes cambios del siglo XIX, aunque continúa con la antigua tradición de las primeras barajas populares. Por otro lado, entre todas las barajas de Marsella, esta es la que ha causado la impresión más fuerte en las generaciones posteriores de lectores de Tarot, y que ha llegado a ser comúnmente considerada como la más cercana a “la auténtica”. También ha servido como fuente principal de las nuevas barajas del Tarot de Marsella del siglo XX".


Tarot CBD ("Convert Ben-Dov)


Otros importantes tarotistas y divulgadores de esta disciplina a lo largo del siglo XX y que han tenido reconocimiento mundial, son figuras como Paul Foster Case, Eden Gray, Rachel Pollack, Gertrude Moakley, Mary Greer, Salvador Dalí, Oswald Wirth, Gareth Knight, Frieda Harris, Clive Barrett, Stuart R. Kaplan, Sybil Leek, Robert Place, Manly Palmer Hall, Sullivan Hismans, Donald Michael Kraig, Jean-Claude Flornoy, Gregory von Mёbes, Pyotr Demianovich, Margarita Arnal Moscardó, Juliet Sharman-Burke, Liz Greene, y muchos otros.  

Incluso, el renombrado psiquiatra y psicoanalista suizo, Carl Jung, tenía un muy profundo interés en el Tarot. Carl Jung consideró que las cartas del Tarot representaban arquetipos universales que podían proporcionar información sobre los aspectos inconscientes de la psique humana. 

Las opiniones de Jung sobre el Tarot estuvieron influenciadas en gran medida por sus teorías sobre el inconsciente colectivo, un concepto que introdujo para explicar la parte de la mente inconsciente compartida por todos los seres humanos y que contiene símbolos y experiencias universales, y también, por la ley de la sincronicidad, un concepto que describe la simultaneidad de dos sucesos unidos por un mismo significado, y no por la casualidad. Estos eventos se traducen como "señales" que se presentan ante nuestros ojos para darnos un mensaje concreto. 

Jung vio las cartas del Tarot como representaciones visuales de símbolos arquetípicos, y creía que podían utilizarse para acceder al inconsciente colectivo y así vislumbrar las capas más profundas de la mente. 

En efecto, las cartas resuenan con los estados psicológicos y las preocupaciones de los pacientes, permitiéndoles explorar sus pensamientos, sentimientos y patrones inconscientes en un contexto terapéutico. Jung vio las cartas como un medio para profundizar en el inconsciente, adquirir conocimiento de uno mismo y explorar los elementos arquetípicos de la experiencia humana.

Si desea leer más información sobre el tema, por favor visite el siguiente enlace:




Las enseñanzas y teorías de Carl Jung explican el funcionamiento del Tarot

En la actualidad el Tarot se ha consolidado como una de las herramientas místicas y espirituales más populares, estando distribuido a lo largo y ancho de todo el planeta y contando con innumerables ediciones y temáticas.