El Tarot se define como una herramienta mística que permite conocer los eventos y circunstancias que rodean nuestra vida, así como el posible porvenir. Las cartas del Tarot desentrañan las infinitas posibilidades que rigen la existencia material, siendo un instrumento simbólico de inigualable valor y crecimiento.
Pero... ¿Cómo funciona el Tarot? ¿Cuál es su base científica?
Cuando alguien me realiza esta clase de preguntas, suelo responder así:
"El Tarot se basa en la idea de que estamos rodeados por una gran variedad de fuerzas y energías que, tarde o temprano, terminan manifestándose en nuestra realidad. Muchas veces, el universo o la vida misma nos envía señales sobre ello, a veces de manera sutil, y otras veces de manera más directa, pero las envía. Sin embargo, por los vaivenes de la rutina y de las responsabilidades diarias no somos capaces de percibirlas, captarlas o entenderlas, asumiendo que únicamente se trata de coincidencias o mero azar. Entonces, cuando le realizamos una pregunta al Tarot, estamos precisamente alineando estas señales ante nuestros ojos. El Tarot plasma las situaciones a las cuales podríamos estar expuestos y nos entrega las herramientas para saber afrontarlas. Por lo tanto, el Tarot puede considerarse como un medio para invocar la 'sincronicidad' (un principio de la psicología analítica junguiana) en lugar de esperar a que se manifiesten por sí mismos".
Los escépticos o prejuiciosos tienden a decir que el Tarot se basa en supersticiones, coincidencias o sugestiones, o que incluso podría tratarse de un mero fraude que busca embaucar a los más incautos o a personas desesperadas. Sin embargo, estos son prejuicios que fácilmente pueden refutarse, pues el Tarot alberga un conocimiento místico que nos permite acceder a un inconsciente colectivo repleto de símbolos arquetípicos y verdades universales.
Una persona que comience a estudiar Tarot comprenderá que no se trata de una simple superstición o sugestión. Cuando las cartas alinean las fuerzas que nos rodean ante nuestros ojos, comprenderemos su practicidad y fehaciencia, y por supuesto: lo preciso que puede llegar a ser.
"Si yo supiera cómo un árbol se contrae en una semilla, podría también predecir cómo se desarrollará el árbol a partir de esa semilla. Ahora, si conocemos el núcleo central de una situación, podemos predecir sus consecuencias".
Marie-Louise Von Franz
"Sí, el Tarot contiene y expresa cualquier doctrina que se encuentre en nuestra conciencia, y en este sentido tiene una definición definitiva. Representa a la naturaleza en toda la riqueza de sus infinitas posibilidades, y hay en ella como en la naturaleza, no uno, sino todos los significados potenciales. Y estos significados son fluidos y siempre cambiantes, por lo que el Tarot no puede ser específicamente esto o aquello, ya que siempre se mueve y, sin embargo, es siempre el mismo".
"Una persona encarcelada que no tenga otro libro que el Tarot, si supiera cómo usarlo, en unos años podría adquirir conocimiento universal y podría hablar sobre todos los temas con un aprendizaje inigualable y una elocuencia inagotable".
Eliphas Levi
En esta publicación veremos algunos principios y explicaciones sobre el Tarot.
¿Cómo puede una carta extraída al "azar" tener alguna relevancia para la vida de alguien y lo que sucede en ella?
Las imágenes y los símbolos de las cartas del Tarot son representaciones de un lenguaje universal en donde las figuras, los signos y los principios se encuentran representando las más diversas combinaciones sobre la vida y la naturaleza.
Estas cartas son un reflejo de nuestra psique: contienen nuestros defectos y cualidades. A través de su riqueza simbólica podremos obtener respuestas infinitamente variadas y precisas.
No por nada, con un mazo de Tarot se pueden llegar a realizar millones de combinaciones diferentes.
La fórmula matemática sería: n! / ((r)! * (n - r)!), donde 'n' es el número de cartas tiradas y 'r' es el número de cartas totales que se pueden sacar.
¿Cuántas combinaciones puedo hacer con una simple tirada de 3 cartas? La respuesta es de ¡76.066!
Ahora supongamos que haremos una tirada un poco más compleja, como por ejemplo, la Cruz Celta, en donde se utilizan 10 cartas. El total de combinaciones posibles sería de 1.258.315.963.905 (Un billón doscientos cincuenta y ocho mil trescientos quince millones novecientos sesenta y tres mil novecientos cinco).
Entonces: ¿Cómo no pensar que el Tarot tiene una respuesta para todo y que puede contener posibilidades casi ilimitadas?
Es por ello que aquí no se maneja el concepto de "azar". La carta del Tarot que tomaste, era la que precisamente necesitabas ver y comprender. Pero ojo: las cartas no te dicen lo que obligatoriamente debes hacer, o lo qué específicamente va a ocurrir en tu futuro, sino que las posibilidades que giran alrededor de tu vida en este preciso momento, las cuales se irán moldeando dependiendo del camino que tomes.
Las señales que se encuentran plasmadas en las cartas del Tarot se relacionan con la teoría del "inconsciente colectivo", desarrollada por el psiquiatra suizo Carl Jung, fundador de la psicología analítica.
El inconsciente colectivo sugiere que existen experiencias, símbolos y arquetipos universales que se comparten entre todos los seres humanos, sin importar la cultura o espacio temporal. Estos elementos son innatos y heredados, formando parte de la mente inconsciente de todos los seres. Jung afirmó que todos los seres humamos comparten un conocimiento con el que nacen, independientemente de su cultura, país, religión o época; convirtiéndose en una “herencia psíquica” mediante la cual se establece una influencia en nuestras experiencias y comportamientos.
“De una manera u otra somos parte de una sola mente que todo lo abarca, un único gran hombre".
Algunos arquetipos comunes incluyen:
- El Héroe: Que representa el viaje del individuo hacia el autodescubrimiento, el crecimiento y la superación de desafíos.
- La Sombra: Que representa los aspectos más oscuros e inconscientes de un individuo y que a menudo son reprimidos o negados.
- La Madre: Que representa cualidades de crianza, cuidado y protección. Encarna la idea de amor y el apoyo incondicional.
- El Anciano Sabio: Que representa guía y conocimiento. A menudo se lo retrata como un mentor o una figura sabia que proporciona ideas valiosas.
- El Anima/Animus: Que representa el lado femenino dentro de un hombre (anima) y el lado masculino dentro de una mujer (animus), al igual como dicta la filosofía taoísta del "Yin y el Yang", y el "Shiva - Shakti" del hinduismo. Integrar estos aspectos contribuye al equilibrio psicológico.
- El Embaucador: Que representa a un arquetipo travieso e impredecible que desafía el status quo y, a menudo, provoca cambios y transformaciones.
- El Yo: Que representa la totalidad de la psique de un individuo que lucha por la totalidad y la integración.
- La Persona: La máscara o rol social que un individuo presenta al mundo exterior, pudiendo diferir del yo verdadero.
Estos arquetipos se encuentran, por ejemplo, plasmados en todas y cada una de las religiones del planeta. En todas encontramos un héroe, un embaucador, una madre amorosa, un anciano sabio, o un enemigo que juega el rol de sombra.
Y precisamente, el Tarot contiene cartas que reflejan y representan a cada uno de estos arquetipos. Hay cartas que señalan al héroe, hay cartas que señalan a la sombra, al anima, al animus, a la madre, y así sucesivamente, todas ellas teniendo su propio significado.
En consiguiente, los arquetipos retratados en las cartas del Tarot se manifiestan de diversas formas, desempeñando un papel importante en la configuración de las experiencias, comportamientos y percepciones humanas.
La psicología junguiana sugiere que explorar e integrar estos arquetipos puede conducir al desarrollo personal, la autoconciencia y una comprensión más profunda de las motivaciones y comportamientos de uno mismo. Y ese es también el objetivo del Tarot. Quien crea que el Tarot se trata únicamente de hacer preguntas tipo "¿me ama o no me ama?" está muy alejado de su verdadero y más profundo propósito.
Cada carta de la baraja del Tarot es rica en simbolismo, y muchos de estos símbolos se alinean con los arquetipos de Jung, lo que convierte al Tarot en una herramienta que puede interpretarse a través de la lente de la psicología moderna.
Carl Jung propuso igualmente la "Ley de la Sincronicidad" para describir coincidencias significativas que no pueden explicarse por causa y efecto, sino que están conectadas por un significado subyacente que las une. A diferencia de las relaciones de causa y efecto, donde un evento conduce directamente a otro, la sincronicidad sugiere que los eventos están relacionados significativamente de una manera que va más allá del mero azar. Jung creía que estos eventos sincrónicos pueden proporcionar información sobre el estado psicológico de un individuo o sobre el inconsciente colectivo.
Por ejemplo, encontrarse repetidamente con un determinado símbolo o número, soñar reiteradamente las mismas cosas, o pensar en algo que posteriormente ocurre, son algunos casos comunes de sincronicidad.
Veamos algunos casos para entender el tema.
- Ocurre muy a menudo que de repente piensas en un amigo o familiar con el que no has hablado desde hace mucho tiempo y, momentos después, recibes una llamada o un mensaje de él. El momento parece algo más que una mera casualidad. ¿Cuántas veces no hemos escuchado u oído una frase tan típica como "justo me estaba acordando de ti"?
- Entras en una librería porque necesitas comprar un título sobre un tema que te aqueja, sin embargo, no tienes ningún autor u obra en mente. Pero ocurre que prácticamente se cae del estante un libro que proporciona exactamente la información u orientación que necesitabas en ese momento.
- Tienes un sueño sobre un evento o sobre una persona específica y, poco después, ese escenario onírico se desarrolla en la vida real, creando una sensación de deja vu o una conexión entre el mundo de los sueños y el físico.
- Tener la sensación de que algo sucederá. ¿Alguna vez has experimentado un sentimiento o instinto de que algo sucederá y así ocurre? Por ejemplo, puedes estar soñando con el fallecimiento de un ser querido, o simplemente lo imaginas, y luego recibir noticias de que es cierto.
- Recibir señales. Observas un acontecimiento "x" en televisión y a los pocos días ese mismo acontecimiento te ocurre a ti, como si hubiese sido un presagio o advertencia.
- Ver una imagen vívida o soñar despierto con algo que se hace realidad poco después.
- Imagina que estás en un país extranjero, explorando una ciudad nueva, y de repente te encuentras con un amigo que no has visto en años. Ninguno de los dos tenía idea de que el otro estaría allí, y el encuentro casual parece más que una simple coincidencia.
- Una persona que atraviesa una transformación significativa de su vida, como un cambio de carrera o un despertar espiritual, puede experimentar eventos sincrónicos que reflejan o respaldan sus cambios internos. Esto podría incluir el conocer personas que comparten experiencias similares o encontrar información relevante de forma inesperada.
- Ver números repetidos una y otra vez, ya sea en relojes, celulares, matrículas, facturas, sueños, diarios, etc. Puede que más de una vez te hayas preguntado: "¿Qué significa ver el reloj siempre a la misma hora?".
- Un individuo que tiene un miedo personal podría encontrarse simultáneamente con situaciones en el mundo externo que desafíen o reflejen ese miedo, como si lo estuvieran poniendo a prueba.
- ¿Alguna vez has tenido una fuerte corazonada de que deberías hacer algo? Generalmente uno se termina percatando de ello después, dejándonos con un cargo de conciencia al no haber seguido la corazonada a tiempo.
- Encontrar información útil y que necesitabas en lugares inesperados: estuviste allí en el momento concreto y específico. Esto ocurrió porque las situaciones se alinearon para que ello se manifestara.
- Leer los pensamientos de otra persona como si fueran propios: ¿Alguna vez has estado en una conversación con alguien y de repente terminas su frase o acaban diciendo lo mismo? Esta situación podría ser un signo vívido de sincronicidad, ya que puede indicar que estás en la misma sintonía que esa persona.
- El mismo Carl Jung se refiere a un caso curioso. Resulta que un paciente acudió a su consultorio para relatarle algunos sueños extraños en donde recurrentemente recibía una joya con forma de escarabajo dorado, ignorando que éste era un antiquísimo símbolo egipcio de renacimiento y transformación. Con el pasar de los minutos, Jung escuchó un golpeteo tras la ventana de la consulta, y al abrirla entró volando en la habitación un escarabajo dorado: el símbolo milenario de transformación.
¿Qué es lo que hace el Tarot? El Tarot toma todas estas sincronicidades y te las entrega en bandeja, provocando que seas consiente de ellas. Muchas veces no entendemos estas señales o no las captamos, pero el Tarot nos facilita la misión. Por decirlo de algún modo, el Tarot "traduce" estas señales a través de sus cartas ricas en simbología y en posibilidades. El Tarot es el traductor del lenguaje universal.
Uno puede entender que la vida siempre se va a querer comunicar contigo, pero lo hace a través de símbolos que a veces no logramos captar, y también por medio de un ropaje de sucesos que te van ocurriendo de forma sutil, o a veces, directa. La vida insiste en querer decirte algo.
El Tarot entonces se transforma en una herramienta casi milagrosa, y mucha gente queda sorprendida por su nivel de precisión, pues les hace entender por lo que están pasando y lo que deben hacer para llegar a lo que la vida quiere de ellos. Muchas veces chocamos contra algo, e insistimos e insistimos ciegamente, cuando en realidad, la vida nos dice que no es por allí. Queremos entrar por la puerta "A" cuando en realidad nos corresponde la puerta "B". La vida, el universo, Dios, la Pachamama, la Matrix, como quieras llamarlo, te envía varios mensajes, y si no entiendes, te va a patear la puerta y a través del dolor hará que termines tomando la puerta B, pero es porque quiere lo mejor de ti. Entonces, evítate ello y realiza una lectura de Tarot para adelantarte y comprender los mensajes de la vida.
En una lectura de Tarot, las cartas extraídas en momentos aparentemente aleatorios se interpretan de una manera en donde se les atribuye un significado subyacente a la simple casualidad, resonando o reflejando los pensamientos, emociones o circunstancias de la vida del consultante, creando una conexión significativa.
Si esto lo asociamos con la sincronicidad, obtendríamos la siguiente definición: "La sincronicidad es un concepto que describe la simultaneidad de dos sucesos (por ejemplo, de varias cartas) unidas por un mismo sentido (respuestas a la pregunta del consultante), y no por la casualidad (es decir, aparecen porque responden al llamado, y no al azar).
La sincronicidad es la explicación científica de las "señales" o "llamados" que nos rodean en el día a día, y de las cuales no somos del todo conscientes. La vida y el universo nos entrega señales que no pueden englobarse como una simple casualidad. Y el Tarot es, en consecuencia, una forma directa de atender este llamado, mostrándonos a través de sus cartas las señales, fuerzas, circunstancias y posibilidades que existen a nuestro alrededor.
Las sincronicidades llegan a su apogeo cuando existe una fuerte acción a nivel consciente. Por ejemplo, se ha descubierto que las sincronicidades son abundantes en períodos de transformación, como nacimientos, muertes, enamoramientos, quiebres, obras creativas, cambios de profesión, etc. Como si la reestructuración de la persona produjera resonancias externas y su energía mental saliera al mundo físico.
La sincronicidad también se relaciona con la ley de la atracción, la física cuántica y, a su vez, con la visión del Universo como si de una unidad se tratara. El mismo Jung lo definió así:
"El inconsciente puede reservar mensajes esenciales para los oídos que sepan ponerse a la escucha"
La sincronicidad explica las fuerzas que guían el universo.
Las cosas que podríamos ver como coincidencias son en realidad señales que pueden ayudarnos a tomar decisiones y guiar nuestras vidas, si las reconocemos. Jung creía que la mecánica cuántica podría ser una posible explicación del fenómeno de la sincronicidad. La mecánica cuántica explica las relaciones de las partículas y su interconectividad aleatoria, siendo los comportamientos más probabilidades que certezas. Hay quienes creen que debido a que las fuerzas de la mecánica cuántica afectan la realidad de los objetos físicos, las cartas del Tarot podrían desempeñar el papel de mostrarnos caminos y patrones, ayudándonos a comprender el significado de esas energías.
Una de las ideas clave de la mecánica cuántica es que el resultado de un sistema cuántico no está completamente determinado hasta que se observa o mide. De la misma manera que no sabes qué carta aparecerá en una lectura del tarot, el principio de incertidumbre sugiere que la materia y la energía tienen una incertidumbre inherente a su propia naturaleza. Esta incertidumbre puede verse como un puente entre la “forma” del mundo tal como lo percibimos y el reino “informe” del potencial puro que se encuentra más allá de nuestra comprensión.
Las cartas del Tarot, al igual que las partículas cuánticas, pueden verse como símbolos de resultados potenciales o mensajes abiertos a interpretación. Mensajes que vienen del universo. Así como el estado de una partícula cuántica no se determina hasta que se observa, el significado de una carta del Tarot no se determina completamente hasta que se extrae e interpreta en el contexto de una lectura. El acto de dibujar e interpretar las cartas del Tarot puede verse como una forma de “colapsar la función de onda” y hacer que el potencial representado por las cartas sea más concreto y específico.
El Tarot, cuando se utiliza correctamente, es una gran herramienta de autodescubrimiento, autoconocimiento y toma de conciencia. El Tarot encierra claves que abren las puertas de la comprensión, la generosidad, el amor, la benevolencia y el aprendizaje, apelando a la imaginación, intuición e inspiración. De este modo, el consultante podrá obtener conocimiento y las herramientas necesarias para afrontar su problemática y así, crecer internamente, ganando claridad y perspicacia.
