Esta es una carta que, como bien indica su nombre, nos habla sobre avaricia, codicia, ambición, posesión, la esclavitud hacia los bienes materiales (u otros deseos), y la actitud que crea disputas y enemigos. En el dibujo de la carta se ve a un hombre haciendo un inventario; él está contando todos los bienes que forman parte de su acaparamiento. Esta carta describe una actitud muy fría: el deseo de querer acapararlo todo; tal como lo haría un avaro.
Es por ello que la carta se encuentra regida por Saturno, pero un Saturno negativo: maléfico, sombrío, egoísta. Recordemos por ejemplo que en la religión griega, es Saturno quien devora a sus propios hijos con tal de impedir que le arrebaten el trono, y en la religión hindú, Saturno es conocido como Shani, y se considera un Dios que trae dificultades y desafíos a la vida de las personas.
La avaricia, entendida como un deseo excesivo de acumular riquezas o bienes materiales, ha sido un tema recurrente a lo largo de la historia y ha estado presente en diversas sociedades en diferentes períodos de tiempo.
La búsqueda de poder y riqueza a menudo llevaba a comportamientos codiciosos y explotadores.
En las civilizaciones de la antigüedad, como la griega y la romana, la avaricia era una característica que se observaba en individuos de diversas clases sociales, desde gobernantes y aristócratas hasta comerciantes y ciudadanos comunes.
Durante la Edad Media, la avaricia estaba estrechamente relacionada con la acumulación de tierras y recursos por parte de la nobleza y la iglesia. Los señores feudales a menudo explotaban a los campesinos para aumentar su riqueza y poder. Además, la venta de indulgencias por parte de la Iglesia Católica Romana en el siglo XV es un ejemplo de cómo la avaricia permeaba incluso en instituciones religiosas.
Durante los siglos XV y XVI, la búsqueda de riquezas y recursos en las Américas por parte de potencias coloniales europeas como España, Portugal, Inglaterra y Francia condujo a la explotación de poblaciones nativas y a la búsqueda desenfrenada de oro, plata y otros recursos valiosos. Este período está marcado por la codicia y la brutalidad asociadas con la conquista y la colonización.
Durante la Revolución Industrial, la avaricia se manifestó en la búsqueda de beneficios económicos a través de la explotación laboral y la acumulación de capital por parte de los empresarios industriales. Las condiciones de trabajo inhumanas y los bajos salarios eran comunes, mientras que los propietarios de fábricas buscaban maximizar sus ganancias.
La avaricia sigue siendo un tema relevante en la sociedad moderna. En el mundo actual, vemos ejemplos de avaricia en la especulación financiera, la corrupción política, la desigualdad económica y la explotación laboral. La codicia desenfrenada puede tener consecuencias devastadoras para el medio ambiente, la economía y el bienestar común.
Por su parte, la sociedad del Antiguo Egipto era jerárquica, con el faraón en la cima, seguido de los nobles, sacerdotes, escribas y plebeyos. La riqueza y la propiedad de la tierra se concentraron en manos de la élite gobernante, incluidos el faraón y la nobleza, y bajo este contexto es posible que algunos individuos dentro de estas clases hayan exhibido comportamientos asociados con la avaricia, como la acaparación de riquezas o la explotación de otros para beneficio personal.
De hecho, muy probablemente el hombre del dibujo ni siquiera sea el hombre avaricioso que acapara los bienes, pues podría tratarse de un "imi-r ḫtmt", es decir, de un tesorero real: alguien que custodiaba y administraba la fortuna de los ricos. Esto refleja la avaricia de los hombres que están por encima de él.
En el plano superior se observan 4 símbolos, de izquierda a derecha:
- Letra hebrea "Tet" (ט): La forma de Tet se asemeja a un recipiente que contiene algo. Esto puede simbolizar la idea de contener o retener. También se interpreta a veces como una serpiente enrollada, lo que sugiere movimiento y energía potencial, pero en este caso, estancada. En la Cábala, Tet está asociada con la idea de la integridad, la estabilidad, la fortaleza, la completitud, y el equilibrio entre el mundo material y espiritual, que es lo que precisamente se nos invita a buscar con este Arcano.
- Jeroglífico de cuerda de amarre (𓍹): Este símbolo también representa al fonema "TH". Habla del encadenamiento que uno, consiente o inconscientemente, tiene con las cosas o el mundo que nos rodea. El amarrarse, el aferrarse a algo, es negativo, ya que nos quita libertad y las facultades para explorar el mundo. Y sin libertad no somos capaces de actuar o defendernos. El símbolo transmite la idea de que no debemos dejarnos aprisionar o encadenarnos por algo o por alguien. Este símbolo es el emblema de la avaricia.
- Jeroglífico de eclipse: El sol es sinónimo de bienaventuranza, fortuna, prosperidad y bendición. Sin embargo, la luna interfiere sus rayos luminosos, tapando su energía benéfica. Por lo tanto, el personaje de la ilustración quedará en las sombras, sumido en su avaricia.
- Letra "Theth" del alfabeto celestial de Cornelius Agrippa.
- Color rojo: Denota pasión, acción, proactividad, entusiasmo, fervor. Representa la voluntad de actuar y de tomar iniciativas.
- Hombre en una bodega acaparada con bienes: La mercancía que se aprecia en la carta es muy diversa; hay joyas y vasijas de todos los colores, lo que denota la heterogeneidad de sus contenidos. El hombre posiblemente sea el tesorero contratado para llevar el inventario de esta riqueza, o puede que incluso sea el dueño de la misma. Pero independientemente de ello, la carta denota el acaparamiento, la acumulación, el egoísmo. El proverbio o refrán popular nos dice que “la avaricia rompe el saco”, indicando así, en forma sencilla, que el afán o deseo desmedido de riquezas, de lucro, e incluso de acumulación de conocimientos intelectuales y de experiencias, termina devorando a su autor.
- Vasija (𓎶): Este objeto es un contenedor que representa la capacidad de guardar los bienes acumulados, lo que se posee, el patrimonio, la seguridad material, el custodio de todo lo atesorado y su conservación. Este símbolo puede ser positivo, pero en el contexto de la carta no, pues habla de que las cosas se acumulan y acumulan, sin propósito.
Abajo, fuera de los márgenes del dibujo, se aprecia el símbolo astrológico de Saturno (♄), la letra Ñ, y el número 8.
Saturno se asocia comúnmente con la disciplina, la perseverancia, la responsabilidad y la sabiduría. Aquellos que están influenciados positivamente por Saturno suelen ser personas trabajadoras, prudentes y pacientes, capaces de enfrentar los desafíos de la vida con determinación y resistencia. Su influencia puede fomentar la estructura, la organización y la planificación. Sin embargo, la influencia astrológica de Saturno también puede ser muy negativa y dañina. Saturno puede manifestarse en forma de rigidez, pesimismo, miedo al cambio y restricciones excesivas. Aquellos afectados negativamente por Saturno pueden experimentar una sensación abrumadora de limitación y obstáculos aparentemente insuperables en su camino hacia el éxito. Además, la influencia negativa de Saturno en el contexto de la avaricia y la codicia puede estar acompañada de un profundo temor a la escasez y la falta, lo que lleva a una mentalidad de "todo para mí y nada para los demás". Recuerda a Saturno, también llamado Cronos, devorando a sus propios hijos para impedir el cumplimiento de una antigua profecía, la cual, afirmaba supuestamente que uno de sus hijos lo iba a derrocar.
Famosa es la pintura del artista Francisco de Goya en donde retrata a un Saturno furioso devorando a sus hijos. Saturno, el Dios del tiempo y de la cosecha, se representa aquí como un ser monstruoso y despiadado, consumiendo a su propia progenie en un acto de canibalismo.
Esta imagen puede simbolizar la idea de que la avaricia y la codicia pueden conducir a la destrucción de lo que uno valora, incluidas las relaciones familiares y la humanidad misma.
- Anhelos egocéntricos.
- Egoísmo.
- Ansias de poder.
- Deseo de acaparamiento y acumulación.
- Esclavitud a los bienes materiales o a algún otro tipo de deseo.
- Carácter egoísta que genera soledad, roces y/o enemistades.
- Usura.
- Miedo empedernido a perder lo que uno posee (hayan o no hayan riesgos reales de tal pérdida).
- En términos económicos la carta no presagia problemas financieros o desestabilidad, sino que más bien se refiere a los peligros o a la connotación negativa de apegarse en exceso al plano físico y mundano. Es bueno estar contento y orgulloso por las cosas que hemos conseguido, pero esta carta se refiere al materialismo y al acaparamiento que podría generarse a partir de ello.
- Consejo del Arcano: Esta carta es un recordatorio de los peligros de aferrarse excesivamente a las posesiones materiales y al deseo desmedido de acumular riqueza. Sugiere que la búsqueda obsesiva de más, puede llevar a la insatisfacción, al aislamiento y a la pérdida de perspectiva sobre lo que realmente importa. La carta insta a reflexionar sobre las motivaciones detrás de nuestros deseos de acumulación y a considerar si estamos sacrificando nuestra felicidad, salud mental o relaciones significativas en aras de la ganancia. Busca un equilibrio saludable entre avaricia y moderación. Frena tus deseos. Recuerda el viejo refrán: "la avaricia rompe el saco".